Después de la sanción de la Ley Bases, quiero explicarles por qué, aun con la rebaja de las alícuotas de Bienes Personales, habrá un aumento en el esfuerzo fiscal que deberán hacer los contribuyentes activos en el exterior al comparar 2023 con 2022.
Como en muchas oportunidades, voy a utilizar el ejemplo como recurso: supongamos que un contribuyente argentino tiene una cuenta bancaria con un saldo de USD 1.000.000 al 31 de diciembre de 2022, y que mantuvo exactamente el mismo monto hasta finales de 2023. En ese caso, al finalizar el año fiscal 2022 -dado que el dólar oficial a utilizarse era de $176.96- este contribuyente tenía en realidad $176.960.000 y debía pagar una tasa del 2.25%.
El monto resultante ($3.981.600) convertido a dólares "reales" -no al oficial- da como resultado USD 11,376. En realidad, menos aún, porque la cotización relevante del contado con liquidación (CCL) no es la de diciembre de 2022, sino la de la fecha del efectivo pago del tributo, pero dejémoslo así para los efectos de este ejercicio de comprensión a través del ejemplo. En definitiva, entonces, la tasa real que este contribuyente debió pagar fue del 1.14%.
Al cierre del ejercicio 2023, el dólar estaba a $805.45, lo que significa que esta persona tenía, para la AFIP, $805.450.000 y, si se aprueba la reforma impositiva, deberá pagar un 1.5% de dicho monto. Es decir, algo más de 12 millones de pesos que, al valor del CCL al 31 de diciembre de 2023, resultará en impuestos por USD 12.585, lo cual implica una tasa del 1.26%.
Nuevamente, la diferencia entre un año y otro es en realidad mayor porque el peso se depreció mucho más frente al dólar entre la fecha de cálculo y de pago del impuesto correspondiente al ejercicio 2022 y las correspondientes a 2023. Desde luego, de no aprobarse la reforma, la diferencia entre ambos años será mucho más grande.
Entonces, ¿queda claro que incluso con la aprobación de la rebaja de las alícuotas del Impuesto sobre Bienes Personales los argentinos seguirán teniendo que hacer más y más esfuerzo fiscal? Y vale destacar que esto pasa en el país con mayor esfuerzo fiscal del mundo. No lo digo yo, las estadísticas globales lo marcan. Los argentinos son los pagadores de impuestos más esforzados de todos y, lamentablemente, los gobiernos siguen perpetuando esta realidad.
Por si todavía queda alguien que no sabe qué es esfuerzo fiscal, una vez más, lo explico -y lo diferencio del concepto de presión fiscal. La presión fiscal (concepto bastante más difundido, lamentablemente), es un dato que resulta del porcentaje que representa lo que un Estado recauda sobre el total de riqueza que se produce allí.
El esfuerzo fiscal, mientras tanto, además de tener en cuenta la recaudación y el PBI, considera también el tamaño de la población y, sobre todo, la renta per cápita. Así, este indicador, que relaciona la recaudación del Estado con la capacidad económica de los contribuyentes, sirve para enriquecer el análisis.
Y si pensamos en la situación argentina, queda claro que el esfuerzo fiscal de los pagadores de impuestos argentinos es inmenso y no para de crecer. En este caso, de hecho, incluso aunque se apruebe esta nueva medida, el esfuerzo seguirá creciendo.
Obviamente, en el caso de haber establecido un fideicomiso irrevocable y discrecional, este contribuyente no debería pagar nada en concepto de Bienes Personales, ni en 2022 ni en 2023 y, además, diferiría el pago del impuesto sobre las ganancias, y eso es clave saberlo.
Pero bueno, cada uno sabe qué hacer con sus impuestos y su incertidumbre. Desde mi lugar, seguiré haciendo lo mismo: aconsejándoles que estructuren sus patrimonios, que lo hagan cuanto antes y asesorados por un profesional en el tema. Al fin y al cabo, como les digo siempre: lo importante no es lo que pase en materia fiscal, sino estar preparados para eso.