El combo pandemia más digitalización provocó un cambio tan rotundo en el mundo laboral que hoy en día es cada vez más común escuchar que un profesional argentino trabaja de forma remota o híbrida para una empresa extranjera, incluso en posiciones ejecutivas. ¿Qué implica esto?
Si vamos a hablar de Argentina, es difícil no caer en comparaciones con el fútbol. Así que, como hacemos en otros tantos aspectos de nuestra vida, lo usaremos para formular una analogía. En este deporte nuestro país siempre fue cuna de cracks. Los clubes extranjeros notaron esto y desde hace años contratan jugadores locales para que brillen en sus ligas, ofreciéndoles cifras que son imposibles de equiparar en Argentina. Una discusión que siempre se da es: Si los mejores se van afuera, ¿qué clase de jugadores quedan acá?.
Salvando las distancias, una situación similar comienza a darse en el sector laboral argentino, con la diferencia de que ahora, gracias a la tecnología, el profesional puede seguir viviendo en el país, pero con ingresos en monedas más fuertes, como dólares o euros.
Antes del 2020, ocasionalmente veíamos profesionales argentinos especializados en tecnología que trabajaban de forma remota para empresas localizadas en el exterior. En el momento parecía algo raro, pero tenía sentido que un programador realizara proyectos para el exterior, porque era algo propio del sector tech.
La posibilidad de trabajar de forma remota se volvió algo mucho más común para empresas por fuera de la vertical tecnológica. Tanto es así que durante el 2022 creció un 500% el número de CEOs que trabajan desde la Argentina para empresas que están fuera del país, según señala un informe de la plataforma de recursos humanos Deel. La misma empresa asegura que el año pasado nuestro país se posicionó como uno de los países más atractivos para las compañías que buscan talento de forma remota.
Quedó demostrado que cada vez se puede trabajar con modalidad home office o híbrida para más industrias. Esto hizo que las empresas localizadas en el exterior (estadounidenses o europeas, fundamentalmente) ampliaran los perfiles en sus búsquedas laborales, más allá de perfiles tech. Ahora esta tendencia alcanza a empresas de consumo masivo e industrias tradicionales.
Hemos notado que las empresas ofrecen trabajos de este estilo 100% remoto o logrando un formato híbrido de estar la mayor parte del tiempo en Argentina y algunos meses en el exterior. ¿Por qué se da esto? El profesional argentino es muy capacitado y le resulta muy viable a una empresa localizada en el exterior ya que una remuneración de más de US$ 10.000 es muy competitiva para ejecutivos argentinos, en comparación a otros mercados. Si la empresa extranjera tuviera que contratar a alguien de su país en ese puesto, le podría costar el doble y hasta el triple en algunos casos. Esto también hace que empresas de diferentes países compitan por el pool de talentos locales.
¿Cuál es la ventaja para el profesional argentino? Antes, aceptar un trabajo en el exterior implicaba sí o sí una mudanza: el profesional tenía que cambiar radicalmente su estilo de vida. Si bien la posibilidad de mudarse a un país con una mejor calidad de vida puede sonar bien, esto también puede suponerle al expatriado que se muda con su familia tener que invertir más en alquiler, educación para sus hijos, entre otros gastos. Pero ahora puede realizar trabajos para el extranjero, pero seguir viviendo en la Argentina.
De todas formas, cabe remarcar que en estos casos para las posiciones ejecutivas la modalidad remota o híbrida puede ser un desafío, dado que la persona que lidera un o varios grupos de trabajo carece de la presencialidad y la cercanía que genera el día a día en la oficina. Esto hace que el líder deba suplir esa presencia física con otras alternativas creativas para mantener relaciones fluidas con los integrantes de sus equipos. También depende de la cultura cooperativa de la compañía y que tan acostumbrada o no esté a estas modalidades de trabajo.
Sin embargo, todo esto provoca que la competencia que tienen las empresas argentinas con aquellas localizadas en el exterior por profesionales de su propio país es cada vez más aguerrida, ya que a las compañías nacionales se les hace cada vez más complicado competir con los sueldos dolarizados.
Esto despierta algunas preguntas con respecto al futuro cercano: ¿Los mejores profesionales ejecutivos argentinos trabajarán para el exterior? Cuando una empresa argentina busque un ejecutivo, ¿se tendrá que conformar con uno de menor calidad? Si las empresas argentinas no pueden competir con el paquete de remuneración, tiene que dar otros beneficios que convenzan al profesional. ¿Más vacaciones, mejores obras sociales, acciones dentro de la empresa? Con el contexto del país, ¿Argentina puede seguir siendo a lo largo de los años una cuna de ejecutivos dignos de exportación?. Es una conversación muy interesante que debe darse hoy.
*La columna fue escrita por Daniel Iriarte, Director Asociado de Glue Executive Search