La evolución de las industrias en los últimos años nos invita a reflexionar acerca de cómo las pymes y los emprendedores, han crecido de manera agigantada desde la transformación digital y el posicionamiento del e-commerce como herramientas estratégicas. Y justamente esa evolución se debe a una identidad intrínseca y disruptiva que ha atravesado a cada una de las pequeñas y medianas empresas y las identifica del resto.
Para alcanzar ese nivel de desarrollo creo que es de suma importancia contar con una cultura organizacional viva y que los Valores se respiren en los equipos de trabajo. A su vez, transmitir la capacidad de resiliencia, de innovación constante y caminar hacia un nuevo paradigma empresarial centrado en el triple impacto (social, ambiental y económico).
Para el progreso sostenido de cada industria es necesario que sus colaboradores se sientan representados con el Propósito de la organización y que se transmita, se contagie y se fortalezca por todas las personas que forman parte de ella; porque estas son el corazón y las manos que impulsan, son el motor que pone en marcha las cosas y hacen que éstas sucedan; apostando día a día por construir una nueva economía en el que éxito y los beneficios financieros incorporan bienestar social y ambiental. Las organizaciones más valorizadas de los próximos años van a ser las que asuman el compromiso de su legado ambiental, poniendo a disposición todas sus habilidades en pos de crear un sistema inclusivo, equitativo y regenerativo.
Por eso, como líderes de la industria debemos promover un equilibrio que brinde, por un lado, un espacio armonioso para el bienestar de cada uno de los integrantes y, por el otro, la visión de un propósito colectivo, integrador. Así, lograr trascender desde el plano individual, promoviendo un espacio cálido, amigable y familiar, con relaciones de mutua confianza. Donde las personas están primero, como decimos siempre.
Es indispensable contar con una comunicación interna abierta y transparente. Quienes quieren prosperar y crecer en el mundo de los negocios, deben entender la importancia de comprender y traducir las necesidades de sus clientes internos. Disponer de una cultura de trabajo ágil donde las jerarquías se diluyen. Creo que este punto es fundamental porque brinda mayor libertad y agilidad en la toma de decisiones e impulsa que cada integrante sea protagonista de los cambios que necesita el mundo, con altos niveles de adaptación, innovación y, sobre todo, inteligencia emocional.
Desde el inicio nuestro sueño fue claro: mejorar la vida de las personas. Estamos convencidos de que son el capital más valioso de nuestra organización. Por este motivo, creemos que es importante trabajar bajo una filosofía que antepone lo humano y prioriza a sus equipos, que promueve la confianza, el respeto mutuo, el cuidado, la salud y seguridad, garantizando un espacio laboral sano, que vele por la integridad, la diversidad y la libertad para que puedan ser ellos mismos en todo momento y lugar.
Hoy, más que nunca, así se logra el verdadero crecimiento de las industrias y de nuestro país.
*Walter Barbieri es director de Barbieri