Cuando hace dos años le pregunté a Javier Milei si se imaginaba presidente, se tomó un segundo y dijo: “Por el mero hecho de calzarme una banda y un bastón... Yo no suspiro por el poder”. 

Como un eterno déjà vu, un mandatario asume con una herencia cada vez más pesada, esta vez más grave, de un país al borde de la quiebra, sin reservas y con una inflación corriendo al 400% y riesgos de una hiper. Al  momento de escribir estas líneas, el dólar oficial estaba en $ 820, se registraban aumentos del 30 al 70% en la primera quincena de diciembre y el Gobierno preparaba un paquete de medidas ómnibus enfocadas en la reducción fiscal y eliminar, muy gradualmente, privilegios de la denominada casta. 

¿Cuánto tiempo y cómo logrará el nuevo gobierno acomodar los caóticos precios relativos que dejó la desastrosa gestión de los Fernández y Massa? ¿Hasta qué punto la sociedad tolerará en las billeteras el ajuste que apoyó en las urnas? ¿Cuándo se conocerá el plan de estabilización y cuánto se tardará en presentar reformas estructurales de primera generación? Sin perder de vista que el Presidente lleva apenas semanas de gobierno y un crédito por delante, todas las preguntas son válidas y parte de ellas intenta responder, en la nota de tapa, la economista Marina Dal Poggetto. Para superar la tensión entre la urgencia y la esperanza, el gobierno cuenta con el optimismo de un ciclo nuevo pero muy pronto requerirá avizorar la luz al final del túnel para sostener el apoyo de las urnas y las expectativas de un cambio.

Entre la luna de miel y la luna de hiel hay una letra de diferencia y sostener el humor social representa un desafío vital. En esta edición, el economista Andrés Borenstein y el politólogo Gabriel Llorens, autores de Puede fallar, 40 años de comunicación económica en democracia, analizan el dilema que tendrá Milei, ahora desde el poder. Y repasan casos icónicos de la historia reciente: desde medidas ineficientes bien contadas que ganaron popularidad en algunos sectores de la sociedad (Precios Cuidados) hasta buenas medidas que, sin el relato de forma y fondo correspondientes, cayeron en el vacío y el descrédito.

El economista liberal y argentino Carlos Rodriguez Braun escribió en Expansión de España que Milei, en su discurso presidencial, transmite dos mensajes y desató dos miedos. Los mensajes fueron la reivindicación del liberalismo luego de recorrer el fracaso de la historia argentina del último siglo en el que el intervencionismo del Estado prevaleció sobre las esporádicas experiencias de liberalismos distorsionados. Por otro lado, el mensaje de priorizar el déficit ante la evidencia de un país quebrado. La idea de aprender de la experiencia de Macri y evitar el gradualismo porque “no hay plata”.

Sin embargo, apunta Rodriguez Braun, este escenario desató al menos dos miedos: uno, que Milei fracase, porque provocaría el retorno del populismo y, sobre todo, “el descrédito del liberalismo al que antes y después de la caída del Muro de Berlín los socialistas de todos los partidos atribuyen todos los males”. 

El otro miedo es que Milei tenga éxito. “Sería devastador para quienes cultivan los mitos estatistas”, completa el economista. Hay un temor adicional: Milei podrá, querrá o sabrá desanudar los privilegios de la República Corporativa, tal el libro de Jorge Bustamante, escrito hace décadas, en el que recuerda que “los grandes problemas de Argentina son los lícitos, no los ilícitos”. Las excepciones, los edictos, los impuestos y sus desvíos distorsionados, los privilegios de todos los que reclaman un país mejor si el sacrificio es del otro. O, en términos de Milei, habrá que ver cuántos están realmente dispuestos a pagar el precio de la libertad.

Muchas gracias por acompañarnos aquí y en forbesargentina.com un nuevo año. Los mejores deseos de todo el equipo de Forbes para este 2024.