Aún en este escenario de incertidumbre económica y política, en el reciente 59º Coloquio de IDEA se volvió a poner sobre la mesa el innegable potencial que tenemos en la Argentina para evolucionar en cinco sectores estratégicos con posibilidad de desarrollo en el mercado global; estos son: Energía, Minería, Economía del Conocimiento, Agroindustria y Turismo.

En conjunto, estos sectores aportan 6 millones de empleos directos e indirectos, exportaciones por 70.000 millones de dólares, valor de producción por 160.000 millones de dólares con ingresos fiscales relevantes, y generan inversiones por 19.000 millones de dólares. En todos los casos se trata de cadenas de valor a escala regional y federal, con una proyección de crecimiento a diez años que puede alcanzar un +50 a +150% de mayor impacto (dependiendo del sector y del indicador). Se trata además de sectores con un relevante efecto multiplicador hacia otros sectores, como IT/Data para el sector de servicios, o ecosistemas cruzados que alcanzan territorios completos como la agricultura. 

Si hacemos zoom in en los potenciales específicos que tenemos en el país, en Energía se destaca por supuesto Vaca Muerta, desde donde estamos pasando de importadores netos a exportadores regionales y mundiales, mientras se resuelven cuellos de botella de procesos desde el gasoducto GNK y otras obras de infraestructura. Pensemos en el gas como un combustible clave para la transición energética. Estamos en un entorno de precios relativamente altos y con demanda alta de energías tradicionales antes de la “transición”.

Así como en Minería tenemos potencial de crecimiento en cobre y litio -dos metales clave para la transición energética-, en Economía del Conocimiento la Argentina ocupa un lugar de liderazgo en Latam por la calidad de su talento y  flexibilidad, con “Unicornios” como Mercado Libre o Globant como referentes centrales.

Del mismo modo, la Agroindustria -aun con su permanente evolución- nos presenta todavía mucho espacio para hacer crecer la cadena de valor exportadora y el Turismo es un área de pleno aprendizaje y descubrimiento, desde la múltiple oferta que la naturalezas nos en diferentes latitudes del territorio:  nos falta inversión en infraestructura y en la marca “país”. 

El progreso para la Argentina y los argentinos estará  basado en la puesta en valor de sus recursos naturales, que no es lo mismo que explotación - una palabra con connotación negativa. El contexto mundial demanda commodities y transición energética, necesidades a las que podemos hacer aportes genuinos y distintivos. Para ello, necesitamos reglas claras para fomentar inversiones, una economía más estable, un mayor desarrollo en el capital humano, una mayor coordinación del Estado y las Provincias. En síntesis, animarse a lo que hace rato no experimentamos: transformar nuestras discusiones cotidianas en un círculo virtuoso de evolución y crecimiento.

*Por Alejandro Perez de Rosso, Managing Partner de Bain & Company de Bain & Company