Hoy me encuentro en la encrucijada de una transformación sin precedentes en el ámbito corporativo. En un mundo donde la digitalización avanza a pasos agigantados y la IA se consolida como una herramienta omnipresente, el rol del Director de Comunicación (Dircom) se redefine en un nuevo paradigma de comunicación corporativa.
En este escenario marcado por la incertidumbre y la complejidad, el Dircom emerge como un actor fundamental en el entramado corporativo, desempeñando un papel protagónico y estratégico que trasciende la gestión de la comunicación tradicional. En efecto, se convierte en el centro neurálgico donde convergen desafíos y oportunidades.
Sin embargo, si bien es cierto que los Dircom están experimentando un ascenso en su influencia y reconocimiento, la exigencia hacia ellos también se incrementa de manera exponencial. Ya no basta con gestionar la comunicación de manera eficaz, sino que se espera de ellos que aborden una amplia gama de intangibles estratégicos, desde la sostenibilidad hasta la diversidad e inclusión, pasando por la gestión de la reputación y la transparencia.
Como presidenta del Círculo de Dircoms Argentina, puedo vislumbrar la urgencia de los desafíos que enfrentamos desde la primera fila de batalla. El avance de la IA, la digitalización acelerada, la modalidad híbrida de trabajo, el caos geopolítico, y una creciente demanda social de acciones concretas vinculadas a sostenibilidad y desigualdad nos obligan a repensar nuestras estrategias y herramientas de comunicación.
En tiempos de crisis, la relevancia del Dircom se magnifica, colocándolo más cerca que nunca del CEO y la alta dirección. Su capacidad para anticiparse a los cambios, interpretar el entorno y construir narrativas coherentes se vuelve crucial para la supervivencia y el éxito de las organizaciones en un mundo caracterizado por la volatilidad y la ambigüedad.
En un contexto marcado por la proliferación de fake news y el cada vez mayor impacto de las redes sociales, el Dircom se enfrenta a un desafío adicional: la gestión efectiva de la influencia, tanto de la compañía como del CEO, en un entorno donde la confianza se convierte en un activo invaluable.
En este sentido, se convirtió en un orquestador de la comunicación, navegando hábilmente entre la complejidad de los datos, la velocidad del cambio y la demanda por una narrativa auténtica y transparente. Su capacidad para interpretar el Big Data y extraer insights relevantes se convierte en una habilidad indispensable en la era de la información. Como comunidad de profesionales de la comunicación, debemos estar a la vanguardia de estas tendencias, explorando nuevas formas de aprovechar el Big Data y las tecnologías emergentes para impulsar la comunicación corporativa hacia niveles de excelencia nunca antes vistos.
La llegada del Big Data ha revolucionado la forma en que entendemos y gestionamos la comunicación corporativa. La capacidad de recopilar, procesar y analizar grandes volúmenes de datos brinda una oportunidad sin precedentes para tomar decisiones estratégicas fundamentadas en hechos, no en percepciones. Como Dircom, me veo inmersa en esta nueva era, donde las herramientas analíticas avanzadas nos permiten modelar escenarios, evaluar tendencias y seleccionar las estrategias más adecuadas para impulsar el posicionamiento público de la empresa.
En un entorno empresarial cada vez más críptico, tomar decisiones basadas en percepciones subjetivas o suposiciones puede resultar en resultados irreversibles. Es nuestro deber aprovechar esta tecnología, para desempeñar un rol aún más relevante en la toma de decisiones de management. Es hora de que las áreas de comunicación se pongan al día.
Al mismo tiempo, como directora de Comunicación de Enel Argentina, me enfrento a la realidad de implementar estas visiones en el día a día de una empresa líder en el sector energético. Pero el desafío va más allá de la gestión de datos.
En este camino hacia un futuro más verde y resiliente, el rol del Dircom se amplía, abarcando no solo la gestión de la comunicación, sino también el liderazgo en la transición energética. Como agentes de cambio, tenemos la responsabilidad de guiar a nuestras organizaciones hacia un nuevo modelo de liderazgo, empático, disruptivo y orientado hacia la acción, donde la sostenibilidad no sea solo una aspiración, sino una realidad palpable en cada decisión que tomamos.
Me siento privilegiada de liderar la comunicación en un momento tan trascendental para nuestras empresas y para el planeta. Con la Big Data como aliada y la sostenibilidad como norte, estamos construyendo un futuro donde la comunicación corporativa no solo informa, sino que también transforma, inspirando a la acción y generando un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente. Desde el Círculo de Dircoms Argentina y Enel Argentina, estamos listos para enfrentar los desafíos con determinación y visión de futuro.