Shiv, la mujer que podría haber sido la sucesora y no fue. Me refiero al personaje de Sarah Snook en Succession. No importa si viste o no la serie, si no la has visto puede haber spoiler.
Salvo que se trate específicamente de casos de abuso y violencia, hoy el cine y las series se esfuerzan por mostrar modelos de mujeres poderosas, libres, fuertes que ganan espacios, pero que en alguna ficciones pareciera que siempre las mujeres los han tenido. En cambio en Succession, con la sutileza que caracteriza a sus guionistas, se muestra a Shiv, hija de un magnate de los medios de comunicación americanos, con la problemática que aún hoy enfrentan las mujeres cuando se trata del deseo de ocupar posiciones de poder.
Succession en inglés significa sucesión. Justamente se trata de quién será de los tres hijos el sucesor de ese padre poderoso y sin escrúpulos capaz de subir o bajar el dedo a un presidente y hacer la vista gorda a los casos de corrupción y abuso en pos de mantener el negocio y el poder.
La sucesión del poder de los medios de comunicación nada más y nada menos que en Estados Unidos. Un padre con tres hijos, dos varones y una mujer, cuyo candidato natural es Ken, el hijo mayor de su segundo matrimonio y quien durante toda la serie cree que no hay otro candidato más que él. Un personaje altamente vulnerable, adicto a las drogas, padre ausente e irresponsable. Un varón que quiere pero no puede, tratando de parecerse a su padre y muchas veces intentando diferenciarse, pero en ese intento es aplastado por su propio padre en una muestra de que el poder es más importante que la sensibilidad de las buenas acciones.
Ella, Shiv, una mujer fuerte con una belleza que sale de la hegemonía, casada con Tom, un chico aplicado tratando de ser condescendiente con su suegro: el gran poderoso Logan Roy. Shiv aparece como una mujer profesional, especialista en comunicación y creación de imagen política, con cierta sensibilidad hacia los derechos de las personas en temas raciales sobre todo. Una mujer parecida a su padre, quizá la más parecida de los tres hermanos, que permanentemente intenta demostrar que ella podría ser una buena opción como la sucesora de su padre. Una mujer que termina siendo traicionada por su marido ante su propio padre, situación que la lleva a separarse y a aliarse con sus hermanos que a su vez la dejan de lado bajo el argumento: Shiv te estamos cuidando.
Como consecuencia de ello, Shiv elige tomar el liderazgo de la situación y aliarse con el potencial comprador del imperio familiar, un entrepreneur sueco, al que Logan en vida le promete vender su compañía por la desconfianza hacia sus sucesores naturales.
Shiv es traicionada por cada hombre que se le cruza en el camino. Lo que deja ver Succession es que Shiv no era una opción ni para su padre, ni para sus hermanos, ni para el empresario sueco, ni siquiera para su marido. Los guionistas dejan entrever un fuerte sesgo hacia lo masculino, hacia los hombres que se disputan el lugar de Logan y también su bendición.
Entre otras cosas Shiv oculta un embarazo para seguir luchando como una posible candidata y es vilmente dejada de lado cuando el sueco descubre su embarazo y la traiciona ofreciéndole ese mismo lugar a Tom, el marido de Shiv, en una conversación con un alto contenido machista, sin filtros y ante la escucha de Tom que recibe una descripción sexista de Shiv, pero que deja pasar en pos de acceder al gran cargo.
Pero Shiv da el zarpazo final. Le baja el dedo a su hermano mayor con su voto en la junta de accionistas que determinaría la venta o no del imperio. Es fiel a su convicción de que su hermano Ken no es la persona adecuada para ser el sucesor a pesar de que ella no será beneficiada con el cargo de CEO, lugar que ansiaba, luego de realizada la venta. En cambio sí lo será su marido Tom y ella lo sabe.
En la última escena de Shiv en la serie, sube a un auto junto a Tom rumbo a la celebración por la compra de la compañía que a partir de ese momento liderará el mismo Tom. El la invita a celebrar juntos. Ella vuelve al lugar de esposa, visiblemente apesadumbrada y frustrada, en un lugar que no quería ocupar, su deseo era otro pero nunca se dió cuenta que todos la veían como mujer, imposibilitados de ver su potencial como la sucesora de Logan Roy.
¿Cuántas mujeres creemos que los demás están viendo nuestro potencial para ocupar lugares de decisión sin tener en cuenta que los sesgos de género son una enorme barrera? ¿Cuántos varones continúan hoy mirando a una mujer como mujer sin darse cuenta de su potencial para liderar? ¿Cuántas personas hacen referencia a un embarazo o la maternidad como una imposibilidad para ocupar cargos en la alta dirección? ¿Cuántas mujeres hoy piden a inversores y a jefes que las miren en su potencial y a cambio reciben argumentos de un mansplaining?
Lamentablemente en Shiv pueden verse reflejadas gran cantidad de mujeres con alto potencial que no acceden, que no llegan, porque hay una mirada implacable que desde el momento cero no ve el talento sino el género.
*La autora de la nota es CEO & Founder de Human inLAB, una Solución Digital que mediante gaming mide y activa la permeabilidad de la cultura organizacional a DEI.