El lado oscuro de la autoexigencia y el perfeccionismo laboral
Analía Tarasiewicz Directora de Trabaja Mejor
Analía Tarasiewicz Directora de Trabaja Mejor
En momentos de tanta turbulencia, los cambios tecnológicos y la llegada de una nueva era del trabajo, elevan al máximo las tendencias psíquicas de base como también la expresión de síntomas como la autoexigencia y el perfeccionismo como un mecanismo de defensa frente a la obsolescencia y la necesidad de adaptación al mercado laboral. Estas expresiones pueden dar cuenta problemas específicos del trabajo o también sumarse otros aspectos no resueltos de la vida personal trasladados allí lo que complica aún más el panorama y requiere un abordaje diferencial.
Asimismo, pueden ser herramientas poderosas para impulsar el rendimiento, la mejora continua y la superación personal. Sin embargo, cuando estas tendencias se desbalancean, pueden convertirse en enemigos silenciosos como un jefe maltratador que constantemente nos hace sentir insuficientes. Las frases más comunes son "tengo que", "no puedo fallar" “por las dudas chequeo de nuevo" “¿Qué van a pensar de mí?”
En su justa medida, nos motiva a:
Cuando se vuelven excesivos, puede llevarnos –entre otros desbalances pisco emocionales a los siguientes estados:
Algunos de los perfiles de las personas que sufren estos desequilibrios son:
Procrastinadores: Dificultad para finalizar tareas o proyectos.
Planificadores: Exceso de planificación y control, con poca espontaneidad.
Intolerantes: Baja tolerancia a la frustración.
Obstinados: Rigidez en el pensamiento y dificultad para cambiar de opinión.
Detallistas: Excesiva atención a los detalles, perdiendo la perspectiva general.
Comparativos: Constante comparación con los demás.
Insuficientes crónicos: Sensación permanente de no ser suficiente.
Hiper responsables: Exceso de responsabilidad y dificultad para delegar.
Controladores: Necesidad de controlar todos los aspectos de su trabajo.
Justicieros: Elevado sentido de la justicia que puede generar conflictos.
“En mi experiencia clínica, al profundizar la problemática donde estos síntomas emergen, observo que puede tener diversas causas que se remontan a experiencias y circunstancias vividas en la infancia y en el entorno familiar. Experiencias traumáticas durante la niñez, como el abandono, tragedias familiares o enfermedades crónicas en la familia, pueden llevar a la persona a buscar la perfección como una forma de evitar el rechazo o compensar carencias afectivas”, explica la Lic. Analía Tarasiewicz. Psicóloga del trabajo - Directora de Trabaja Mejor
La crianza en entornos de alta exigencia, donde la autoestima se vincula estrechamente con logros específicos, también puede contribuir al desarrollo del perfeccionismo. Además, la falta de expresión emocional en el hogar, la humillación recurrente, el abuso físico o psicológico, y los complejos físicos o baja autoestima pueden llevar a la persona a buscar la perfección como una forma de sentirse valiosa o aceptada. Estas experiencias pueden dejar una huella profunda en su psique, llevándola a adoptar patrones de pensamiento y comportamiento perfeccionistas en el ámbito laboral.
¿Cómo convertirlos en fortaleza?
¿Cómo afrontar el perfeccionismo y la autoexigencia laboral y volverlos una fortaleza?
Para ello es necesario encarar el proceso de manera objetiva y adaptativa, si es necesario con la ayuda de un profesional de la psicología clínica del trabajo especializado en estos temas. Es una batalla interna de resignificación de la problemática que nos muestra que no estamos teniendo un problema en la superficie del trabajo que podamos resolver fácilmente sino que -más allá del contexto-, tenemos que trabajar desde este dolor que proyecta aspectos profundos y nos invita a desmenuzar nuestras propias creencias, emociones y un camino de deconstrucción del poder que otorgamos a nuestros pensamientos y conductas aprendidas.
Algunos aspectos claves para trabajar desde el Método TARASIEWICZ son:
Si con estos aspectos básicos sentís que no podes, que hay un obstáculo o que hay algo en lo que te trabás, te angustiás o no podés continuar, consultá con un profesional de la psicología clínica del trabajo del Método Tarasiewicz, que pueda acompañarte en este cambio.
*La columna fue escrita por Analía Tarasiewicz, psicóloga del trabajo y directora de Trabaja Mejor @trabaja.mejor