Con millones de seguidores alrededor del mundo, un creciente número de torneos cada año y premios cada vez más altos, el tenis es sin dudas uno de los deportes más populares de nuestros días.
Como sucede anualmente, el próximo domingo comenzará uno de los torneos que mejores recuerdos nos trae a los argentinos: las Finales de la ATP o Nitto ATP Finals.
Se trata del último torneo oficial de tenis del año, que en su rama de singles reúne a los mejores ocho jugadores del mundo y capta fanáticos de todas las edades. Sí, ese mismo que nos suele entregar partidos espectaculares y muchas veces define quién se quedará con el número 1 del ranking al final de la temporada.
Tal cual viene sucediendo en estos últimos años, el torneo se jugará en la Pala Alpitour en Turín, Italia, del 12 al 19 de noviembre de 2023.
¿Por qué podemos decir que se trata de un torneo que trae buenos recuerdos a los fanáticos argentinos?
En primer lugar, porque allá por 2005 fue testigo de una de las mejores actuaciones históricas de David Nalbandian, quien se quedó con el título al vencer al por entonces prácticamente invencible Roger Federer.
En segundo lugar, porque ese mismo año se dio el hecho inédito de que, de los ocho jugadores que compitieron por dicho título, cuatro fueron argentinos (además de Nalbandian, participaron en esa edición del torneo Guillermo Coria, Gastón Gaudio y Mariano Puerta). Además, se trata de un torneo que ganó Guillermo Vilas (1974) y a cuya final llegó Juan Martin del Potro (2009). Como si eso fuera poco, en su rama femenina, Gabriela Sabatini ganó dos veces (en 1988 y en 1994).
Pero volvamos al presente…
A continuación, les comparto la lista de clasificados para la edición 2023, con sus respectivos países de residencia:
1. Djokovic (Montecarlo)
2. Alcaraz (España)
3. Medvedev (Montecarlo)
4. Sinner (Montecarlo)
5. Rublev (Rusia)
6. Tsitsipas (Montecarlo)
7. Zverev (Montecarlo)
8. Rune (Montecarlo)
Sí. Tal y como ven, de acuerdo con diferentes fuentes, seis de los ocho mejores jugadores de tenis del mundo viven en Montecarlo.
¿Y por qué?
La explicación es sencilla. Más allá de las retenciones e impuestos que los tenistas muchas veces deben pagar en el país donde generan ingresos (tema al cual nos hemos referido en múltiples ocasiones), las jurisdicciones offshore no cobran impuestos adicionales a las ganancias obtenidas. Por eso se dice que se trata de jurisdicciones impositivamente neutras.
Por otro lado, las ganancias que suelen obtener estas personas por inversiones que realizan con el dinero ganado o como consecuencia de la explotación comercial de su marca personal suelen estar libres de impuestos.
A estas dos importantes razones se le suma la privacidad de la que pueden gozar los deportistas y artistas en este destino y la calidad de vida que ofrecen.
¿Qué exige Mónaco para otorgar la residencia fiscal a una persona? No mucho. En pocas palabras, pide lo siguiente:
1️) Una vivienda en Mónaco.
2️) Medios de vida.
3️) Ausencia de antecedentes penales.
Si cambiamos de disciplina y nos vamos, por ejemplo, al caso del automovilismo, veremos un fenómeno similar.
En Mónaco residen varios de los pilotos más reconocidos a nivel mundial. El ex-campeón del mundo Hamilton, el vigente tricampeón del mundo Verstappen, y obviamente de Leclerc, quién nació allí, son algunos de los más populares, pero la lista no termina allí. A esta lista se suman los pilotos Bottas y Ricciardo.
Mientras tanto, Vettel, Raikkonen, Grosjean y Alonso residen en Suiza, como nuestra querida Gaby Sabatini. Magnussen, por su parte, lo hace en Dubai.
Lo mismo sucede en el caso de ciclistas, boxeadores e inclusive artistas de diversos géneros.
Si bien el tema de la mudanza internacional se complica sobremanera en deportes colectivos, nadie puede obviar la creciente migración de futbolistas destacados a Arabia Saudita, algo que por otro lado ya habíamos visto con España en tiempos en los cuales la Ley Beckham se aplicaba también a deportistas de élite.
Los destinos para las mudanzas internacionales son variados y, mientras algunos países ofrecen ventajas impositivas a sus nuevos residentes (tasas más bajas, exoneraciones, plazos de gracia o vacaciones fiscales, etc.), otros no lo hacen, pero en cambio poseen un sistema de tributación basado en la renta territorial donde los ingresos generados en el extranjero no tributan.
En estos casos, la dificultad no tiene que ver con adquirir una residencia fiscal nueva, sino cómo perder la que se tenía. Esto es así porque la obtención de la residencia fiscal en un tercer país no provoca de forma automática que el contribuyente pierda la del país de donde procede.
En otras palabras, por más que uno obtenga una residencia fiscal en un tercer país, si la autoridad fiscal del país en el cual se residía originalmente no otorga la baja fiscal, el único efecto que la obtención de la nueva residencia generará, será que parte de los impuestos sean pagados en el exterior y luego utilizados como créditos a nivel local; pero no se generará un ahorro.
Podría incluso darse el caso en que el país donde se residía originalmente no acepte todos los impuestos pagados en el tercer país, y el monto total de impuestos a abonar sea mayor que los que se pagaban antes de obtener la residencia fiscal en el extranjero.
Así las cosas, lo que es fundamental es evitar la doble residencia fiscal y para ello hay que estudiar bien a fondo cómo se pierde la residencia fiscal en el país en el cual uno reside.