En el Día de la mujer emprendedora, que se celebra el 19 de noviembre, estamos viendo una transformación inspiradora. Cada vez más mujeres se atreven a romper barreras y a desafiar los límites tradicionales para construir sus propios negocios. El desempeño femenino ha sido excepcional, destacándose no solo en número, sino en la calidad y diversidad de propuestas. Las mujeres emprendedoras están demostrando que son capaces de innovar, gestionar y liderar con una perspectiva diferente, que muchas veces se centra en el impacto y la comunidad, elementos esenciales para el éxito en los mercados actuales. Este aumento en el emprendimiento femenino es, en gran parte, resultado de un cambio cultural que celebra la independencia y el empoderamiento de la mujer. 

Para desarrollar una marca auténtica se requiere de tres elementos clave: una propuesta de valor sólida, una conexión genuina con el público y una narrativa que inspire. Para mí, una marca exitosa debe tener un ADN único y alinearse con valores que resuenen en el cliente. 

El tiempo necesario para construirla depende del mercado y la preparación de quien la impulsa pero, en general, puedo decir que es un trabajo que no se detiene. Desarrollar una marca puede tomar meses o incluso años, pero el proceso es continuo; las marcas deben evolucionar, adaptarse y seguir conectando profundamente con sus consumidores. 

Hoy, más que nunca, la adaptabilidad y la agilidad son fundamentales. Para potenciar un emprendimiento, es esencial contar con herramientas que permitan leer y anticipar cambios en el mercado. Esto incluye análisis de datos, una estrategia digital fuerte y, sobre todo, una visión clara de las finanzas. 

Es importante también rodearse de un equipo comprometido y desarrollar alianzas estratégicas que generen oportunidades y visibilidad. 

En el contexto económico actual, aquellas emprendedoras que logran ser estratégicas y flexibles tienen una ventaja: están en una posición óptima para fortalecer su negocio en tiempos de incertidumbre. 

Internacionalizar una marca es posible, pero requiere una estrategia meticulosa. Argentina tiene un valor único que reside en su herencia cultural, su creatividad y en una capacidad innata para adaptarse a los cambios.

El talento argentino es reconocido por su autenticidad y esta originalidad despierta gran interés en el mercado internacional. Para llevar una marca argentina al exterior, es fundamental identificar los puntos de diferenciación y crear un relato que refleje nuestra identidad y nuestros valores. Además, los consumidores de hoy valoran la historia y la sustentabilidad, dos aspectos en los que Argentina tiene mucho para ofrecer.

Para cerrar, les daría estos consejos a las mujeres emprendedoras: primero, crean profundamente en su visión: las ideas que tienen dentro son únicas y merecen ser escuchadas. Segundo, no teman a los desafíos; cada obstáculo es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. Y tercero, rodearse de personas que inspiren y apoyen. Emprender es una aventura y contar con una red de apoyo hace toda la diferencia. 

Tener el coraje de ir en contra de la corriente cuando es necesario con pasión y profesionalismo, es lo que define a una verdadera emprendedora. Feliz día a todas ellas que me inspiran y nutren a diario. 

*La columna fue escrita por Alejandra Boland, diseñadora de indumentaria que creó la firma Ceilonia y que hoy en día se desempeña como consultora de negocios internacionales de moda representando al grupo más grande de ferias comerciales de Estados Unidos. Boland, que guía a otras firmas a expandirse más allá de las fronteras locales (ayuda a emprendimientos de este país, Uruguay, Paraguay y Bolivia)