Desde hace unos años el desarrollo urbano está frente a un cambio de paradigma representado especialmente en el concepto de Space as a Service según el cual el consumidor busca experiencias únicas de producto que integren además valores de naturaleza, bienestar, inclusión y responsabilidad, entre otros.
En Argentina, en particular, nos encontramos actualmente ante una profunda transformación no sólo en cuanto al desarrollo del producto, sino también a la estructuración del negocio y la relación con los inversores.
No podemos subestimar la situación actual del mercado. El abrupto aumento de precios y la profunda recesión que estamos transitando a la espera del equilibro de la macro provocaron una crisis en el sector con la consecuente pérdida de miles de puestos de trabajo y la quiebra de empresas pequeñas y medianas.
Por otro lado, es importante destacar que es un buen momento para invertir antes de que los incrementos en los costos se reflejen en los precios, teniendo en cuenta también el impacto de la derogación de la ley de alquileres que potenció un mercado que había prácticamente desaparecido.
Con el gobierno consciente de la fuerza dinamizadora de la economía de nuestro sector, direccionando el blanqueo hacia la construcción, los créditos hipotecarios, los créditos intermedios, los créditos para la compra de vivienda en construcción, junto a la celeridad en los procesos de aprobaciones y de escrituras, claramente se fomentarán las inversiones y comenzaremos el círculo virtuoso que tanto esperamos.
Los desafíos por delante
El 8 de julio celebramos el día del desarrollador urbano con el objetivo de darle visibilidad al rol y su impacto positivo en la economía y en la sociedad. ¿Con qué desafíos nos encontramos actualmente en este contexto? Algunos de ellos son:
-Satisfacer a un cliente más exigente: los clientes actuales están más informados y son más exigentes que nunca antes. Demandan viviendas de calidad a precios razonables, ubicadas en zonas con buena accesibilidad y servicios.
-Accesibilidad a la vivienda: el aumento de los precios de la tierra y de los materiales de construcción, sumado a las restricciones crediticias, ha hecho que se fabricaran viviendas luxury para un mercado muy acotado. Esto representa un desafío importante para el sector inmobiliario, que debe encontrar soluciones para ofrecer viviendas a precios accesibles, especialmente para jóvenes y familias de ingresos acordes para calificar a un crédito hipotecario.
-Tecnología: se convierte en una herramienta fundamental para la construcción, búsqueda, experiencia, gestión, Big Data, IA, realidad virtual y blockchain.
-Agilización de los procesos administrativos: los retrasos en la tramitación de aprobaciones por parte de la Administración Pública son un obstáculo importante para el desarrollo de proyectos inmobiliarios. Estos retrasos generan incertidumbre a las empresas y aumentan los costos de los proyectos, lo que repercute en el precio final de la vivienda.
-Adaptación a los cambios normativos: el sector inmobiliario está sujeto a una constante evolución normativa, tanto a nivel local como nacional. Las empresas del sector deben estar atentas a estos cambios y adaptarse rápidamente para cumplir con los nuevos requisitos legales.
Como desarrolladores urbanos, debemos aprovechar las oportunidades que se presentan. La clave estará en la profesionalización, la innovación, la orientación al cliente y la capacidad para anticiparse a los cambios del mercado. A pesar de los desafíos que tenemos por delante, el futuro del Desarrollo Urbano, es muy esperanzador.