Cuatro ingredientes para un equipo invencible de alto rendimiento
Gustavo Rodríguez Director de la carrera de Ingeniería Industrial del ITBA
Gustavo Rodríguez Director de la carrera de Ingeniería Industrial del ITBA
Cuando del armado de los equipos de alto rendimiento se trata, la mejor solución está en no apegarse a soluciones fijas, y mucho menos que sean las tradicionales. Solo así, podremos encarar proyectos que piensen como transformacionales que logren desafiar lo imposible.
Conseguir nuestro objetivo “dream team”, puede implicar hacer cambios de roles, definiciones, características, tipos de personas y métodos de funcionamiento. Este debe ser un trabajo planificado, estratégico y de largo plazo; lo cual implica reflexionar cada movimiento y acción para lograr el éxito final. ¿Cuáles son las claves?
El 70% de los líderes dicen que conformarán sus equipos de alto rendimiento cuando sumen 10 “Messis” en sus filas. Tienen que saber algo: eso nunca ocurrirá. Sería milagroso lograrlo. El grupo de trabajo debe armarse en vista de lo que queremos lograr. No necesitamos 6 expertos en el área, sino integrantes que logren soportar la presión del funcionamiento de la organización y, además, alguien con convicción inquebrantable y visión del futuro.
Las transformaciones profundas en equipos de trabajo pueden llevar unos 3 o 4 años, y ahí, además tenemos que ver la evolución del armado del grupo en el tiempo, porque la gente entra, sale, se cansa; necesitamos cambiar un poquito el estilo, y eso también es parte del armado. Así tenemos que revisar la importancia de la posición, la situación de las personas, su formación. No debemos llenar huecos, hay que tener en cuenta, entonces, que no siempre la mejor opción es el especialista más capacitado. Debemos evaluar la interacción, la solidez, y la compatibilidad entre los miembros. No todos son Messis, pero tampoco lo necesitamos. Podemos hasta tener puestos vacíos durante meses esperando la persona correcta.
Los equipos de alto rendimiento necesitan ser escuchados y brindarles confianza. Apostar con recursos es una forma de realizar ambas acciones a la vez. En ocasiones, tenemos que apostar a pesar de que no estemos convencidos y, en caso de errar, minimizar el hecho. Tomar riesgos es fundamental, así como dar recursos es una forma de demostrarlo. Es importante experimentar y estimular el uso de la tecnología, probar nuevos procesos, e ideas disruptivas en las organizaciones. Hay que apostar en personas no destacadas de los equipos y revisar que esa apuesta ataque problemas crónicos. Los teams de alto rendimiento terminan disfrutando el riesgo, lo imposible y el desafío; es cuestión de experimentar.
Crear y diseñar el futuro es otra de las claves. De nada sirve una idea: necesitamos un equipo que la lleve adelante. Acá es importante entender que debemos estimular y mantener a los equipos de alto rendimiento, resolviendo el presente, pero con la mente en 2080. No podemos quedarnos paralizados nunca, porque de ese modo no se alcanza el alto rendimiento. Pensar un futuro sin reuniones, sin mails, sin whatsapps; solo focalizando en soluciones, usando el tiempo 100 veces mejor: con menos rutinas, más soporte de IA, menos control, más aseguramiento de procesos. Debemos operar el día, obviamente, pero mirando e inventando el futuro todos los días. Debemos crear procesos que sean partituras como las de Beethoven, no burocracia; salir del año 2022 y preguntarnos cómo sería su área, si fuesen los “supersónicos” del 2080.
Por último, es imprescindible entender que no hay equipo de alto rendimiento sin un director de orquesta. En transformaciones de largo plazo el líder debe poder apoyarse en los miembro del grupo, pero también estar un paso adelante, simplificando, limpiando el camino, generando recursos, dándole servicio a su equipo, mirando las interacciones, generando ambiente positivo, estimulando, amortiguando embates de las organizaciones que les cuesta transformarse. Este debe poder traducir a la organización lo que el team está inventado, cubriendo los potenciales problemas del 20% de error que cometeremos.
En definitiva, debe quedar claro que no hay equipo de alto rendimiento que surja de la noche a la mañana, se requiere de planificación de objetivos, validación del talento, una estrategia a futuro, y un líder excepcional.