Sabemos que hacer negocios, en cualquier parte del mundo, implica una serie de apuestas y riesgos, más allá del deseo de llevar adelante un emprendimiento y prosperar. En nuestro país, esas apuestas y riesgos, en muchos casos, son superiores a lo habitual, lo que hace que los empresarios deban tener muy claros sus objetivos, estar muy centrados en lo que quieren lograr y preparados para las dificultades que el contexto muchas veces trae.
Lo cierto es que, como cualquier persona, los empresarios tienen sus propias dificultades, limitaciones y temas que les preocupan. Muchas veces esos temas son del contexto y los impactan personalmente, mientras que otras veces son cuestiones internas que dificultan su día a día liderando emprendimientos.
Más allá de que cada caso es particular, existe una serie de temas y preocupaciones que se repiten en las personas que manejan empresas.
Uno de esos temas es la relación entre los socios que, como cualquier vínculo personal, tiene sus complejidades y tensiones. Aquí con el agravante de que está el dinero y el sustento familiar de por medio.
Muchas veces hay diferencias en la visión o en la estrategia de la empresa, que de alguna manera tiene relación con las tensiones entre socios. En esa línea, aparece muy seguido también el tema de los desacuerdos financieros o sobre la distribución de recursos.
Sumado a eso, suele haber cuestiones más profundas o relacionales, como estilos que con el tiempo se tornan incompatibles o, más específicamente, conflictos de personalidad o egos en juego.
Por otro lado, hay temas que suelen traer a la consulta, como la dificultad de hablar en público o el desenvolvimiento fluido con otros idiomas, como el inglés, lo que dificulta la posibilidad de venta en el exterior.
La ansiedad y la procrastinación, algo que no es privativo de los empresarios, claro, se repite mucho en este sector, donde muchas veces no existen certezas y donde los vaivenes del mercado hacen que las pulsaciones suban y bajen sin control.
Transformación rápida, pero profunda
Frente a todas estas dificultades, hay varias herramientas y estrategias para poder sobrellevar el día a día y salir adelante. Una de las que viene ganando cada vez más terreno es la Terapia de Transformación Rápida (RTT por sus siglas en inglés).
Desarrollada durante más de 30 años por la terapeuta inglesa Marisa Peer, la Terapia de Transformación Rápida es un método basado en la ciencia de la neuroplasticidad. Combina, por ello, los principios más eficaces de la Hipnoterapia con la Psicoterapia, la Programación neurolingüística, la Terapia Cognitivo Conductual y la Neurociencia.
La hipnosis se utiliza para acceder al subconsciente y obtener la información necesaria para entender lo que realmente está sucediendo de raíz, sin rodeos.
La mente tiene distintas dimensiones: la consciente y la subconsciente. La primera es la pensante, la que analiza todo y percibe lo que se está pensando. En cambio, la otra es como un piloto automático que regula cómo se respira, cómo bombea el corazón y el parpadeo de los ojos. Es lo que mantiene vivo al ser humano, de manera automática.
De hecho, desde el subconsciente se opera el 95% de las veces, porque es una forma de ahorrar energía. Actúa como una biblioteca gigante que almacena todo lo que se ha experimentado y esas huellas moldean la comprensión del mundo.
Buscar y resetear
Las creencias arraigadas son las responsables de los pensamientos, sentimientos y comportamientos. Observar esas viejas creencias permite comprender qué se está reteniendo y afectando de forma destructiva.
En una sesión de RTT, por lo tanto, el consultante se convierte en un detective que mira una y otra vez esa cámara de video. Como en un policial donde se analizan varias veces las cámaras de seguridad, poniendo zoom en un punto específico.
Este trabajo nos permite reinterpretar la propia historia y, sumado a la posibilidad de escuchar un mes de audio personalizado de reprogramación subconsciente, pasa a visualizarse y sentirse como esa nueva versión que se buscaba.
Yendo al inicio
En la RTT se recurre al epicentro del trauma que causa un comportamiento no deseado. Con hipnosis, por ejemplo, el consultante puede retrotraerse, incluso, hasta el vientre materno, o con apenas meses de vida.
Más allá de los temas mencionados que aquejan a empresarios, la RTT también sirve para tratar otros asuntos más generales: sobrepeso, miedos, falta de confianza, problemas de dinero, sexuales y adicciones.
Se llama "Rápida" porque lo más habitual es obtener resultados visibles en una sola sesión. Aunque en casos complejos y de larga data de ansiedad, depresión o trastornos alimenticios, se requieren 3 sesiones, que pueden ser presenciales u online.
Empresarios, a la cabeza
Las razones del crecimiento de RTT entre empresarios tiene que ver, posiblemente, con que están con el tiempo justo y no pueden darse el lujo de ir años de terapia para lograr un cambio. Por otro lado, aún siendo exitosos, es difícil brillar en todas las áreas y normalmente hay algún tema a tratar.
Lo cierto es que hoy los cambios son cada vez más veloces. Contexto local e internacional y tecnología, por citar sólo tres variables, hacen que todo sea distinto cada día. Frente a eso, algunos caen en un pozo, mientras otros logran poner en práctica su creatividad y capacidad de innovación, entre otras cosas, para salir mejor parados de cada ola. Resolver los temas internos, sin dudas, resulta esencial para lograrlo.
*La columna fue escrita por Paula Echeverria, terapeuta RTT certificada