Según expertos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), nos dirigimos hacia un aumento del 3,5°C en la temperatura global, habiendo alcanzado ya el umbral de +1,0°C. En busca de soluciones para reducir las emisiones de CO2, se ha puesto la mirada en una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero: los edificios, responsables del 40% de las emisiones de CO2 a nivel mundial.
Una mayor conciencia respecto del impacto que generamos como sociedad ha llevado a muchas de las ciudades más avanzadas del mundo a adoptar nuevas tecnologías para reducir la generación de dióxido de carbono y así minimizar el impacto ambiental.
Transformar estas metrópolis en espacios sostenibles y respetuosos con el medioambiente es posible con la implementación de soluciones para la generación y uso eficiente de energía renovable, incluso de los edificios residenciales.
En la actualidad, una de las tendencias más notables en estas ciudades sostenibles e inteligentes es la producción de energía renovable in situ. Los paneles solares fotovoltaicos se están convirtiendo en una vista común en los techos y paredes de los edificios, permitiendo un acercamiento significativo a la meta de edificios de emisión cero. Estos avances sientan las bases para el desarrollo de ciudades ecológicas que buscan minimizar su impacto ambiental.
Pero no es sólo cuestión de recolectar energía del sol, sino también de seguir el ritmo de la naturaleza. Gracias a herramientas avanzadas de predicción del clima y a inteligencia artificial, estas ciudades pueden anticipar los patrones climáticos y optimizar su autoabastecimiento energético, logrando una importante reducción del impacto en la red en beneficio de los usuarios y del medioambiente, ayudando a crear un ecosistema energético sostenible.
Otro aspecto clave es la gestión inteligente de la electromovilidad. Las micro-redes se encargan de regular la demanda máxima de energía en los cargadores de vehículos eléctricos, optimizando así la potencia entregada según las necesidades simultáneas. Una carga más eficiente y equilibrada no solo beneficia a los conductores, sino también a la red eléctrica y, por supuesto, al medioambiente.
Inteligencia Artificial, clave para un futuro más verde
La inteligencia artificial también se utiliza para evaluar y ajustar los consumos energéticos. Mediante algoritmos avanzados, se identifican patrones anómalos en el consumo y se adaptan los umbrales de manera inteligente para satisfacer las necesidades cambiantes, lo que permite una gestión más eficiente y una detección temprana de posibles problemas.
Además, este tipo de tecnología implica interactuar con dispositivos IoT para la recopilación de información y el comando de acciones, lo cual introduce nuevos paradigmas de gestión virtual, habilitando nuevos modelos de negocios donde los propietarios pueden acceder a recomendaciones de especialistas en forma remota que brinden asesoramiento acerca de la eficiencia energética, la continuidad de servicios o incluso de aspectos relacionados a la sustentabilidad.
Otro aspecto clave en las ciudades sostenibles e inteligentes es el control total del entorno. Mediante la detección de presencia, la iluminación automatizada y la digitalización de los entornos, es posible optimizar los consumos energéticos y crear escenas preestablecidas para diferentes situaciones, como el modo cine o el modo noche. Así, además de garantizar el uso óptimo de energía, también se logra un alto nivel de confort para los habitantes.
La interacción con las Smart Grids es una tendencia importante que facilita, por parte de las distribuidoras eléctricas, el control de electrodomésticos de alto consumo y la carga de vehículos "enchufables". Esto maximiza el rendimiento de la red y minimiza el impacto ambiental, mientras que se ofrecen incentivos económicos para promover la conciencia social hacia la sustentabilidad.
El equilibrio entre la oferta y la demanda en la red eléctrica es fundamental para un futuro sostenible, y estas ciudades están liderando el camino hacia esa meta.
En el camino hacia un mundo mejor, la circularidad desempeña un papel esencial. Reducir el uso de materiales de un solo uso, fomentar la reutilización y el reciclaje de productos se ha convertido en una misión. Las certificaciones PEP y Green Premium aseguran que los productos cumplan con altos estándares ambientales y sociales, allanando el camino hacia una vida más sostenible.
Certificaciones: el camino para tener edificios sustentables
En Argentina, el camino hacia ciudades sostenibles e inteligentes ya comenzó. Hay varios comités de profesionales trabajando para adecuar e implementar estándares internacionales tales como: LEED, la certificación de edificio sustentable otorgada por el World Green Building Council; Green Houses, una etiqueta que se está desarrollando actualmente desde la misma organización para certificar viviendas unifamiliares, siguiendo los lineamientos de LEED; ISO 50001 a través del cual en el IRAM se está trabajando en la gestión energética; AEA 90364-8-1 de la Asociación Electrotécnica Argentina, en donde se adecuaron las exigencias del IEC (Comité Electrotécnico Internacional) para permitir en nuestro país etiquetar instalaciones eléctricas, tanto residenciales como comerciales e industriales, en un marco de eficiencia.
Aunque todavía no hay edificios de residencias certificados en el país, aquellos que buscan habitar de manera responsable ya pueden exigir estos estándares.
En conclusión, las tecnologías de energía renovable y eficiencia energética están demostrando ser herramientas poderosas en la lucha contra el cambio climático. Ciudades de todo el mundo se han comprometido a construir un futuro más limpio y sostenible para las generaciones futuras, y estas innovaciones marcan el camino hacia un mundo mejor. Es hora de tomar acción y aprovechar al máximo estas tecnologías para construir un futuro más verde y próspero para todos.
*La columna fue escrita por Paula Altavilla, Country President at Schneider Electric