En el Día de la Conciencia Ambiental, se hace imprescindible reflexionar sobre una pregunta fundamental pero no consensuada: ¿Cuál es la responsabilidad de las empresas para el desarrollo sostenible?
Según datos de la Agencia Internacional de Energía, el 40% de las emisiones globales provienen del hábitat construido, cuyo 11% corresponde a la producción de materiales y a los procesos productivos. En ese contexto, la innovación, la integración social y la economía circular son ejes fundamentales para las empresas que trabajan para habitar un mundo más limpio, seguro y resiliente. Hoy en día la agenda global de sustentabilidad interpela más que nunca el sentido de éxito del negocio y nos llama a adoptar una gestión más sistémica, que asuma responsablemente el impacto en el ambiente de lo que hacemos y ofrecemos.
El compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no sólo debe nacer de una política ambiental interna, sino que debe integrarse transversalmente en toda la cultura organizacional. Desde la adopción de procesos productivos más eficientes hasta la búsqueda de proveedores responsables, cada decisión cuenta. Las empresas que integran estos objetivos en sus operaciones generan un impacto positivo en sus comunidades y, al mismo tiempo, logran un crecimiento sostenido y sostenible.
La reducción de la huella de carbono se ha convertido en una prioridad para muchas industrias, y la construcción no es la excepción. Medir esta huella para quienes trabajamos con sistemas constructivos potencialmente circulares, nos permite determinar nuestro impacto en términos de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y tomar medidas para reducirlo.
La construcción en seco ha demostrado ser altamente efectiva en la descarbonización de la economía. Sistemas como el Steel Frame hacen que el impacto ambiental sea considerablemente menor, dado que no utiliza agua y reduce el tiempo de obra un 30% respecto a un mismo proyecto en construcción húmeda. A su vez, este método está compuesto por otros subsistemas, como aislaciones térmicas y acústicas, que logran una gran eficiencia energética reduciendo en un 60% el consumo de energía en calefacción y refrigeración.
Otro aspecto clave en la gestión de la sustentabilidad en una organización, es la transparencia en la medición y comunicación de los impactos ambientales. Aquí, los estándares GRI (Global Reporting Initiative) se presentan como una herramienta esencial que interpela y posibilita una comprensión profunda del cambio que una empresa puede generar en la sociedad a través de su negocio. Informar de manera clara y detallada sobre la huella de carbono, el consumo energético o la gestión de residuos, entre otros indicadores, refleja el compromiso real de una compañía con el medio ambiente. La evaluación y gestión de impacto es un camino a transitar por las empresas para transformarse en actores con la capacidad de cooperar desde su negocio a brindar soluciones a los desafíos socio-ambientales de hoy.
La sostenibilidad requiere inversión, innovación y, sobre todo, una visión a largo plazo. Las empresas que apuesten por modelos más respetuosos con el medioambiente serán las que sobrevivan y prosperen en un futuro marcado por la exigencia creciente de consumidores conscientes y regulaciones más estrictas.
En Barbieri, bajo nuestro Propósito "Construir Futuro, Construir Familia", la sustentabilidad es un valor y trabajamos con el compromiso de construir un planeta más limpio. Por eso, hace un año lanzamos el plan "Habitar 2030", con objetivos ambientales y sociales, concretos y tangibles hacia el 2030. A su vez, este año, lanzaremos nuestro cuarto Reporte de Sustentabilidad en el cual transparentamos nuestro desempeño a nivel global en la gestión de impactos económicos, sociales y ambientales.
La conciencia ambiental debe ser un eje central en la toma de decisiones y la gestión del negocio. El desafío no es solamente cumplir con normativas, sino adoptar un cambio cultural donde el bienestar del planeta se considere tan relevante como la rentabilidad. Las empresas que comprendan esto estarán contribuyendo a un futuro más sostenible y asegurando su propia supervivencia en un mundo donde la responsabilidad ambiental es ineludible.
*La columna fue escrita por Juan Francisco Barbieri, Gerente de Sustentabilidad e Innovación de Barbieri