Entrevisto a Eduardo Costantini al menos una vez al año desde hace una década. Como ya lo he dicho en otras ocasiones, no es accionista ni un anunciante destacado. Su trayectoria como empresario, con una fortuna hecha sin depender del Estado, y su filantropía orientada especialmente al arte lo convierten en un referente necesario para una batalla cultural indispensable en nuestro país: que el éxito inspire y no se condene, que la transparencia sostenga los valores que la mayor parte de la sociedad requiere.
Es nuestro Warren Buffett. Pero es vital que surjan los Elon Musk locales. Que nuestros empresarios exitosos más jóvenes participen aún más en espacios públicos para sostener un país cada vez más deteriorado. Que la salida no sea Ezeiza.
En esta ocasión, Costantini se mostró más crítico que nunca con la clase política y “su falta de grandeza para alcanzar consensos que trasciendan lo partidario”. Confesó que junto a sus colegas son escépticos a lograr un cambio de expectativas en el corto plazo, incluso ante un eventual cambio de gobierno en el 2023. “Hace falta un liderazgo fuerte, capaz de lograr una coalición para llegar al poder, pero una más amplia para consensuar políticas de Estado duraderas con la oposición”, sostiene.
Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia, una saga de presidentes en Perú, Mugica en Uruguay y Gabriel Boric ahora en Chile son una muestra de espacios de centro izquierda o izquierda que no discuten preceptos básicos de macroeconomía, cuidan el valor de sus monedas y fijan políticas de largo plazo estables. Paraguay tuvo en todo el 2021 la misma inflación que Argentina tiene hoy en dos meses.
El populismo, el gradualismo y la utopía de rechazar financiación del FMI (los únicos que nos prestan) son un problema político cuya consecuencia es postergar la solución de los problemas, evitar el costo semántico del ajuste pero al mismo tiempo castigar a los más vulnerables con inflaciones top 5 del mundo. No importa lo que digan, sino lo que hacen.
Con Costantini coinciden los CEO de primer nivel entrevistados en esta edición: desde Juan Farinatti de Bayer hasta Pablo Di Si, a cargo de VW para toda América Latina. O los número uno de los principales bancos del país. Todos perciben el enorme potencial de la Argentina en el agro, la energía, las finanzas, el turismo y los servicios.
También suele ser la mirada optimista y a la vez amarga en cada Forbes Summit, donde los emprendedores y directivos comparten sus experiencias (ver en la contratapa o en www.forbessummit.com.ar los 18 eventos previstos para este año).
Detrás del potencial, nos chocamos con el problema de la imprevisibilidad, el desorden y la ilusión del déficit para sostener lo insostenible. Por supuesto, no perdemos las esperanzas. Por eso compartimos a diario en forbesargentina.com historias que inspiran. Y, en esta edición, encontrarán muchas más que nos permiten soñar un país posible.
