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Cómo funciona el mercado del arte hoy en Argentina

Ignacio Meroni galerista, coorganizador de la Feria de Arte AFFAIR

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26 Agosto de 2024 10.45

El mercado del arte en nuestro país es muy particular, quizás como todo el resto de lo nacional. Es un mercado pequeño en cuanto a números, pero tiene un dinamismo y una oferta que supera a casi a todo el resto de la región, a excepción del gigante brasileño. Sólo en la cámara de galerías de arte hay más de 80 galerías. A esto se suman casas de remate, espacios de producción y difusión cultural y otras instituciones.

Es cierto que la Ciudad de Buenos Aires concentra buena parte de este mapa, pero muchas provincias han ganado relevancia en estos últimos años, no solo en la cantidad de galerías sino también en proyectos que han nacido y crecido, con una escena fomentada por las ferias locales.

La venta y los números que mueve el mercado no son simples de estimar, no tenemos estudios realizados que compilen esta información. A nivel mundial, las ventas del arte contemporáneo – esto es, entendido por la producción de artistas que están vivos – mueve unos 2.400 millones de dólares anuales. En Argentina, calculamos que las ventas de arte contemporáneo superan la decena de millones de dólares.

Ahora bien, ¿quién compra arte en nuestro país? Tenemos que diferenciar el comprador ocasional al coleccionista. Este último es parte de un grupo muy reducido que no supera al 0.1 % de la población. Pero hay otro público que compra arte quizás en forma ocasional que es mucho más amplio.

Desde AFFAIR, que tuvo su primera edición el año pasado de forma colaborativa y autogestionada, trabajamos activamente para ampliar el público que compra obra, tratando de derribar las barreras y los prejuicios que hay frente al arte: que es solo para gente rica, que es sólo para entendidos, que es algo “exclusivo”.

Nuestro objetivo es fomentar que la gente se acerque al arte contemporáneo, huyendo del esnobismo que, intencional o accidentalmente, se comunica desde el mercado. Para nosotros, la oferta debe ser para todos y puede ser disfrutada desde distintos niveles, lugares y perspectivas.

En nuestra feria, por ejemplo, no existen VIPs y tenemos un programa especial, “Mi primer Affair” que busca animar a la gente a realizar su primera compra de una obra de arte, con una selección de obras de pequeño y mediano formato con precios que van desde los US$ 200 a los US$ 600.

Tener una obra original y no una reproducción en la pared de una casa o una empresa tiene muchísimas ventajas, desde el placer de convivir con un cuadro o una escultura hasta captar la energía de lo que llamamos el zeitgeist, que es el espíritu del tiempo y la cultura en la que vive el artista.

Pero además, comprar arte tiene un valor de inversión patrimonial. Muchas veces a los galeristas nos consultan cómo elegir una obra que se valorice en el tiempo. Hay un caso paradigmático de esto que es el de los Ganz, una familia de clase media neoyorkina que adquirió “La Reve” de Picasso por 7.000 dólares y que luego vendió la obra, muchos años después, en casi 50 millones.

La realidad es que, como toda inversión, requiere un trabajo de investigación y de aprendizaje. No es algo mágico, ni sucede de la noche a la mañana. Al igual que las acciones, para invertir bien hay que conocer el mercado y no se puede predecir fácilmente qué artista o qué obra va a volverse un Picasso.

Toda inversión requiere conocimiento y diversificación, y el arte no está fuera de esas reglas. Pretender hacer hoyo en uno con la compra de una obra es una fantasía. Algunas obras de una colección cotizarán más que otras a lo largo del tiempo e incluso, en algunos casos, las obras individualmente quizás no se revaloricen tanto, pero si la colección se aprecie en su conjunto.

Es por ello, que la inversión en arte requiere, como la inversión en el mercado de capitales, tomarse el tiempo de investigar, de hablar con los actores del mercado, de aprender.

Sin embargo, hay algo que debe tenerse en cuenta a la hora de comprar obras de arte. En general, aquellos artistas representados por galerías van a mantener o incrementar su valor, porque la galería trabaja en forma constante la carrera del artista, lo posiciona en instituciones y museos y lo difunde a través de ferias.

Las ferias de arte hoy son importantes porque a nivel mundial, las galerías realizan entre un 35 y un 40 % de sus ventas en ese marco. En Argentina ese porcentaje es aún mayor. Para el público, las ferias les permiten ver que está sucediendo en la escena local, regional e internacional en un solo lugar. En general, las galerías llevan sus mejores propuestas a las ferias para seducir a un público, tanto habitué como novel, con sus artistas.

Para las galerías, las ferias no sólo se traducen en ventas, que es el principal objetivo de estos eventos, sino en ampliar públicos y difundir la labor de sus artistas. 


 

 

*La columna fue escrita por Ignacio Meroni, galerista, coorganizador de la Feria de Arte AFFAIR

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