Cuando pensamos en una startup nos imaginamos una empresa joven, con gran potencial de crecimiento, que puede comercializar productos y/o servicios y que tiene de por sí una base tecnológica. Ahora bien, pensar estas empresas a futuro puede y debe plantearse como un desafío, y más en los tiempos que corren.
Escalar es expandirse con éxito, sobre una estrategia definida, que puede variar significativamente, ya sea en términos de porcentaje de participación en el mercado actual o en el desarrollo de nuevos mercados.
Todo esto se debe llevar a cabo de manera sistemática y sostenible. Se debe tener una sincronización orquestada que permita asegurar que las cosas sucedan y que el crecimiento buscado, en términos de "escalamiento", se logre basándose en las métricas que lo definen, donde el producto se adapte al crecimiento, al igual que los equipos encargados del onboarding de clientes, los niveles de soporte y los equipos comerciales, según sea necesario en cada caso.
Como se suele decir, "si crear un producto es difícil, escalarlo lo es aún más". Aunque encontremos nuestro Product Market Fit, enfrentar los desafíos de lograr un crecimiento exponencial a los niveles deseados en la actualidad representa un gran reto. Requiere adoptar una mentalidad y una cultura orientadas hacia el crecimiento exponencial, así como contar con una organización preparada y alineada en su totalidad.
Como mencionaba anteriormente, una startup en proceso de crecimiento se enfrenta a diversos desafíos, los cuales pueden variar dependiendo del grado de madurez en el que se encuentre. Hoy, a pesar de la situación actual en la industria tecnológica, donde tanto grandes empresas como startups han llevado a cabo significativos recortes de personal, la demanda de talento altamente capacitado sigue superando la oferta y es este desequilibrio uno de los principales desafíos a enfrentar. El talento, a su vez, tiene un impacto significativo en la cultura empresarial, la cual es otro de los factores clave para lograr un crecimiento exitoso.
Generar una visión compartida
Las empresas en general, startups o no, deben poner foco en lo que conocemos como visión de futuro compartida. Es de vital importancia tener una comprensión clara del objetivo deseado, comenzando por los founders, pero también haciendo un trabajo de alineación en toda la empresa a través de los líderes. En muchas ocasiones, esta visión compartida puede parecer evidente, pero en la práctica puede no estarlo del todo.
Hay muchos otros factores y desafíos para escalar, como adoptar un enfoque basado en métricas que nos permita medir lo que realmente importa y tomar decisiones más informadas y efectivas. Alcanzar este enfoque no es una tarea sencilla. Además, la capacidad de establecer alianzas estratégicas y comprender plenamente su implicación también resulta fundamental.
Incluso la aceleración genuina (crecimiento real logrado) puede ser un problema que plantea nuevos desafíos, pero no deja de ser un happy problem. Si no se cumple con las condiciones antes mencionadas, puede convertirse en un problema serio e incluso obstaculizar el crecimiento si las bases no son sólidas y la empresa no está preparada para una expansión acelerada.
La tecnología resulta una aliada fundamental para todas las áreas de la compañía. Desde las herramientas más propias del negocio hasta las utilizadas por los encargados de ventas, de gestión de personal, o mismo en las áreas administrativas o contables de la empresa.
Son estas herramientas las que marcan la diferencia al impulsar la productividad y orientarnos hacia una mentalidad de automatización y métricas. Sin duda, todo esto nos permite ser más productivos y ágiles, especialmente considerando que las startups nos enfrentamos, generalmente, a una carrera contrarreloj.
Es aquí donde los cimientos que se establecieron desde el inicio en términos de cultura por parte de los founders suelen ser el factor determinante para el éxito de la startup, ya que ese conjunto de creencias y valores es el que encenderá la pasión en cada colaborador, impulsándolos a hacer que las cosas sucedan.
Sin embargo, el desafío no se limita únicamente a establecer los cimientos, sino también a escalar la startup a medida que crece. En este sentido, es crucial crear una cultura enfocada en obtener resultados, donde los equipos tengan ownership y autonomía, y donde la agilidad y el concepto de escalar de manera exponencial estén incorporados en cada una de nuestras tareas diarias, en función de la visión de futuro.
En resumen, podemos decir que es fundamental crear una visión compartida basada en los cimientos culturales previamente mencionados por los founders, enfocándonos en lograr resultados. Es importante tener la convicción de que es posible superar cualquier obstáculo que surja y preguntarnos cómo podemos enfrentarlos. La resiliencia, la perseverancia y la capacidad de tolerar la frustración juegan un papel crucial en este proceso. Tenemos las herramientas, sólo hay que estar preparados para el momento en que debamos utilizarlas, siempre con visión de equipo y con objetivos claros.
*La columna fue escrita por Alfredo Terlizzi, founder y CEO de Workia