El mundo laboral cambió y las compañías se encuentran ante la necesidad de seguir reinventándose. Actualmente, 8 de cada 10 colaboradores a nivel global busca un mejor balance entre la familia y el trabajo. Quieren sentirse seguros de que la salud, la seguridad y el bienestar son prioridad para las empresas. Por otro lado, 3 de cada 4 trabajadores quieren sentirse motivados y apasionados por su trabajo.
En este contexto, resulta fundamental que los empleadores generen confianza y transparencia, construyendo un ambiente laboral más flexible y diverso de lo que jamás imaginaron. Además, deben llevar adelante acciones que les permitan ser consistentes para sostener el negocio en el tiempo.
Es aquí en donde la marca empleadora viene a cumplir un rol fundamental. Las compañías deben ofrecer una propuesta de valor que brinde un sentido de propósito y bienestar y promover el compromiso de las personas que la conforman, haciendo que se sientan orgullosos y lleven como estandarte su satisfacción laboral.
La imagen que ofrece una empresa ante la sociedad en general está cobrando cada vez más relevancia, pero resulta indispensable que exista una congruencia entre las acciones y los mensajes transmitidos.
Hay ciertos puntos a tener en cuenta al momento de trabajar en la marca empleadora:
En primer lugar, debemos preguntarnos qué estamos ofreciendo: es importante ser lo suficientemente atractivos para el talento que necesitamos, considerando sus preferencias y las tendencias del mercado. En esta línea, sabemos que 2 de cada 3 colaboradores quieren trabajar para compañías con valores similares a los suyos. Entonces, ¿cuál es el perfil de candidatos que queremos atraer? ¿Qué es lo que ellos privilegian? Las respuestas a estos interrogantes nos ayudarán a captar a los profesionales que deseamos.
A su vez, las personas quieren invertir su tiempo en empresas que actúan responsablemente con sus grupos de interés: ciudadanos globales, pilares de la comunidad y el ambiente. Es por ello que, en esta era de escasez de talento, los mejores empleadores se darán cuenta que si no invierten en la cultura, ni la hacen evolucionar, tendrán dificultades para llevar a cabo su estrategia y tendrán que prepararse para perder talento a manos de otras que sí lo harán.
En segundo lugar, hay que considerar que las compañías ya están mutando de un enfoque tradicional hacia un nuevo paradigma en el que los entornos laborales se vuelven realmente inclusivos y se practica una comunicación abierta que garantiza el bienestar de todas las personas.
En este sentido, hay tres pilares esenciales: diversidad, inclusión y creación de entornos de trabajo innovadores.
*La columna fue escrita por Gustavo Aguilera, Director de Talent Solutions y People & Culture de ManpowerGroup Argentina.