Los dos últimos años fueron, sin duda, los más desafiantes para los empresarios y emprendedores latinos, que históricamente ya son expertos en resiliencia. Las relaciones humanas han cambiado significativamente y, en particular, la forma en que las empresas se relacionan con sus empleados, socios comerciales y clientes.
Gran parte del patrón que seguíamos y se tomaba como estándar de éxito hace dos años, ya ni siquiera forma parte de la realidad de las empresas de hoy. Incluso, con el avance de la vacunación en Sudamérica -siendo líder a nivel mundial con más del 60% de la población latina inmunizada- y un regreso gradual de las actividades presenciales (con todas las medidas sanitarias aún necesarias) sería un error pensar que todo volverá a ser como antes de la pandemia. La sociedad ha cambiado y algunos de los cambios llegaron para quedarse.
Por eso, para mí, una de las claves para tener un negocio exitoso en 2022 es precisamente entender este escenario: identificar cómo estos cambios y transformaciones en la sociedad impactarán a las empresas en esta nueva era, ya sea en la forma de trabajar, consumir, innovar o promocionarse a todos los públicos. Con base en este análisis primario, apuesto por algunas tendencias que todas las empresas, independientemente de su tamaño y sector, deberían tener en cuenta para seguir siendo relevantes y productivas.
En primer lugar, las empresas deben tener el pensamiento ESG como premisa comercial. El concepto de Ambiental-Social-Gobernanza debe ser el norte de todas sus acciones, productos y servicios, desde la concepción hasta la entrega final. En 2022 ya no habrá lugar para empresas que no sigan reglas estrictas de responsabilidad con la sociedad, el medio ambiente y la gestión. Todos los stakeholders valoran e investigan las actividades del negocio antes de decidir invertir, ser socio, cliente o trabajar en la empresa.
¿Presencialidad o virtualidad? Cómo hacerlo bien
Un segundo punto importante es que las empresas también deben prestar atención a la convergencia de la productividad con la calidad de vida en el trabajo. La preocupación por la salud mental se ha intensificado desde el inicio de la pandemia. Y esto precisamente se extiende a la vida corporativa. Pero, ¿cómo tener ese equilibrio? Una de las posibilidades es una gestión de tareas más inteligente, con más autonomía para los empleados, un mejor sentido de priorización de temas, el uso de lo remoto y lo presencial de forma inteligente; a favor de los resultados, evitando mitos y exageraciones.
Esto significa que, más que nunca, será clave transmitir confianza al equipo, descentralizando las decisiones y tratando a los profesionales en el trabajo diario con respeto y consideración. Puede parecer simple y obvio, pero estas pequeñas demostraciones pueden marcar la diferencia para que todos se sientan más seguros y satisfechos con sus rutinas diarias. La experiencia de los últimos meses con el trabajo remoto -que seguirá siendo una realidad para quienes adopten el modelo híbrido- llegó para quedarse y nos ha enseñado mucho sobre la confianza, la responsabilidad y cómo afrontar mejor la relación entre ser productivo y mantener una vida mentalmente sana.
La tercera tendencia está muy relacionada con la anterior: la adaptación al modelo híbrido. Aprendimos a vivir digitalmente, algo impensable para muchas empresas a principios de 2020. Todos los que pudieron, llevaron a sus empleados al home office y sus negocios a lo digital. Incluso con el retorno gradual, ya no seremos 100% físicos, con raras excepciones. Una encuesta Great Place to Work (GPTW) de más de 2.000 empresas latinas muestra que el 30% ya tiene nuevas políticas de formato de trabajo. Es importante que las empresas estén preparadas para una nueva rutina, ya sea en términos de estructura tecnológica y física, o en términos de relaciones laborales.
Otra tendencia que merece atención por parte de las empresas es buscar -y encontrar- caminos de innovación constante. Algo que se aceleró exponencialmente en los últimos meses fue el aumento del número de startups en América Latina. Una encuesta de la plataforma Liga Ventures identificó más de 16.000 startups en Brasil, que operan en decenas de diferentes sectores de la economía. Y según el informe Inside Venture Capital de Distrito, el valor de los aportes recibidos por las startups en 2021 ya supera los US$ 5.000 millones.
Hay miles de empresas que producen soluciones que pueden complementar o mejorar su negocio. Y, a menudo, trabajar en sociedad con una startup es más eficiente, productivo y rentable que innovar internamente. Y permite concentrarse de manera más diligente e inteligente en el negocio principal de su empresa.
Por último, también destaco la necesidad de una estrategia multicanal. Hoy todo el mundo está acostumbrado a consumir y relacionarse de forma digital. Según una investigación de Harvard Business Review, los clientes que utilizan más de un canal de compra gastan un 4% más en tiendas físicas y un 10% más en tiendas online en comparación con los consumidores que utilizan un solo canal para sus compras.
Es decir, además de que las personas estén más dispuestas a comprar online -un hábito irreversible-, este cliente tiende a consumir más si la marca o empresa establece una conversación eficiente en sus diferentes canales, no solo de venta, sino también de contacto con el cliente. No basta con tener una estrategia enfocada a lo digital, es necesario utilizar herramientas que ayuden a relacionarse inteligentemente en todos los frentes.
Con un buen conocimiento de cómo actuar ante la nueva realidad del país y entendiendo las tendencias del mercado, sin duda hay oportunidades que aprovechar. Las herramientas para poner todo esto en práctica ya existen: personas, tecnología y una buena planificación organizacional.
*La columna fue escrita por Dennis Herszkowicz, presidente de TOTVS