Cada persona con la que hablo sobre ChatGPT lo percibe como una gran amenaza para muchas profesiones y puestos de trabajo. Hay preocupación, e incluso angustia, especialmente cuando se considera su impacto en las nuevas generaciones y las habilidades que serán consideradas valiosas en el futuro próximo. 

En los últimos tres o cuatro años se nota una homogeneización en el estilo de diseño de las páginas web y aplicaciones. No importa la industria o servicio que se mire: todos los sitios se ven iguales, planos y sin picos creativos. Desde un frigorífico hasta un hospital, un laboratorio médico o una tienda de ropa: a simple vista es imposible distinguir a qué se dedica la compañía. 

¿Qué tiene que ver ChatGPT? Es una inteligencia que siempre escribe igual. Sí, aprendió de millones de textos y contenidos. Pero tiene un estilo de escritura sin personalidad. No fue creado para ser creativo ni diferenciarse del resto, sino para recopilar lo que la Humanidad ha escrito hasta ahora y generar una respuesta o solución promedio. 

Imaginemos ahora a un joven que quiere empezar a escribir o a ilustrar. Tiene dos opciones: empezar en una hoja en blanco e ir mejorando paso a paso o pedirle a una inteligencia artificial que lo haga por él. ¿Cuál es el camino más fácil? Claramente, el segundo. A menos que tome una decisión consciente hoy pensando en su futuro.

Empezar de cero e ir mejorando es una solución difícil, larga y trabajosa que no tiene recompensas inmediatas, algo que siempre busca nuestro cerebro. Es una alternativa que no asegura el talento futuro, pero sí garantiza la mejora constante en una habilidad. 

Hoy en día, todos usamos IA: eso incluye a quienes en el pasado se entrenaron en alguna capacidad y a los jóvenes que se inician en una disciplina. Quienes actualmente programan comenzaron con pequeños avances: casi todos escribimos el código 10 PRINT “HOLA” 20 GOTO 10 cuando comenzamos en Basic, pero fuimos mejorando e incorporando técnicas y habilidades.

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¿Qué pasaría si, por el 'exceso' de IA, nadie comenzara a dibujar, a escribir o a programar? Sin dudas, nos quedaríamos sin picos de talento y creatividad. Entonces, si no alentamos a las nuevas generaciones a salir de la zona de confort que ofrece todo lo que ya está 'resuelto' por la IA, con certeza nos espera un futuro tan llano y aburrido como el diseño web actual.

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Desde luego, la inteligencia artificial es una herramienta muy útil para automatizar ciertos procesos, pero no puede reemplazar la creatividad y la originalidad que solo las personas podemos aportar. Hoy, ese valor agregado depende exclusivamente de seres humanos que se criaron, educaron y crecieron sin la IA. Para que esa singularidad no desaparezca en el futuro inmediato, es clave educar en el uso adecuado de las tecnologías así como fomentar y apoyar la educación en habilidades que no puedan ser automatizables.

*La columna fue escrita por Mariano Wechsler, cofundador y CEO de Teamcubation