En el marco del Día Internacional de Concientización sobre el Cáncer de Mama, es fundamental reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestra salud mamaria los 365 días del año, no solo en octubre. El cáncer de mama sigue siendo la primera causa de muerte oncológica en mujeres a nivel mundial y en Argentina, donde se diagnostican más de 22.000 nuevos casos y fallecen alrededor de 5.750 mujeres anualmente (2022) . A pesar de estas cifras alarmantes, detectado a tiempo, es curable en más del 90% de los casos. La falta de acceso a información médica y confiable sobre el cáncer de mama, produce que proliferen muchos mitos que dificultan la adopción de hábitos de cuidado adecuados.
Mito 1: El cáncer de mama sólo se detecta a partir de un bulto palpable
Uno de los mitos más arraigados es que el cáncer de mama sólo se detecta a partir de un bulto palpable , cuando puede haber otros síntomas de la enfermedad como secreción de sangre, retracción del pezón, hundimientos en la piel, entre otros, e incluso en sus estadios iniciales puede ser asintomático. La Encuesta Regional de Opinión Pública sobre el cáncer de mama de Fundación Avon muestra que el 99% de las personas encuestadas cree (erróneamente) que el cáncer de mama se detecta siempre por síntomas visibles. Este malentendido es peligroso porque puede llevar a que muchas personas no realicen sus chequeos médicos si no perciben síntomas.
Mito 2: el autoexamen es la mejor herramienta de detección temprana
La misma Encuesta Regional reveló que el 51% de las personas encuestadas considera que el autoexamen es el método más efectivo para detectar tempranamente el cáncer de mama. Si bien conocer nuestro cuerpo es importante, el autoexamen no debe sustituir a los controles médicos. La mamografía sigue siendo el método más efectivo de detección temprana, ya que puede identificar anomalías en una fase en la que todavía no se presentan síntomas visibles. Según las recomendaciones de la comunidad médica, es fundamental realizar una mamografía anual a partir de los 40 años, aunque no se presenten síntomas ni se tengan antecedentes familiares de la enfermedad, así como también otros estudios como la ecografía mamaría, según edad y recomendación médica.
Mito 3: sólo quienes tienen antecedentes familiares están en riesgo
Otro mito común es creer que el cáncer de mama afecta principalmente a personas con antecedentes familiares. Es cierto que quienes tienen familiares directos con cáncer de mama deben comenzar sus controles 10 años antes de la edad a la que se detectó el cáncer de mama del familiar de primer grado, pero solo entre el 5% y el 10% de los casos son hereditarios. De hecho, una de cada ocho mujeres puede desarrollar la enfermedad, lo que refuerza la necesidad de que todas las personas con mamas se realicen controles anuales.
Desmitificar estas creencias es crucial, ya que muchas personas, al no tener información precisa, retrasan o evitan los chequeos médicos esenciales. En este contexto, desde Fundación Avon buscamos cambiar la conversación y hacer que la detección temprana del cáncer de mama sea un tema constante, no solo un recordatorio del mes de octubre
La campaña #EstarParaEllas tiene como objetivo crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama y fomentar un enfoque integral en el cuidado de la salud mamaria, promoviendo el acceso a la información y a los controles médicos, a un trato digno, y fomentando la creación de redes de sostén y acompañamiento.
Es preocupante que solo tres de cada diez mujeres consideren la mamografía como el método más efectivo para la detección temprana, y que el autoexamen, que es complementario, sea visto como la mejor herramienta de detección. Esto implica que muchas mujeres se encuentran esperando la aparición de algún síntoma para realizar sus consultas médicas.
Es hora de educar y concientizar de manera sostenida sobre la importancia de los chequeos regulares, como la mamografía, para aumentar las tasas de detección temprana y salvar más vidas. Porque el cáncer de mama no tiene fecha, y la detección temprana tampoco debería tenerla.
* Por Ana Inés Álvarez, Directora Ejecutiva de Fundación Avon