Argentina precisa mucho trabajo y reformas para corregir una situación históricamente desequilibrada.
Si Argentina, ya de por sí, lo tenía difícil, la situación parece complicarse en tanto en cuanto pasan los días y estos escollos, lejos de resolverse, se van acentuando. Al problema de la deuda que comentábamos la pasada semana en esta columna, así como al enfriamiento económico que vive el planeta, y que confirma el Fondo Monetario Internacional (FMI), se suma una inflación que, relacionándose todos los problemas entre sí, retroalimenta esta complicada situación, a la vez que hace la vida bastante más difícil a la ciudadanía argentina. Pues siempre han estado aquellos a los que la economía nunca les afecta, pero esta crisis parece no haber dejado indiferente a nadie; ni a esos.
Y es que, de la misma manera que podemos decir que Argentina es de las economías más endeudadas de América Latina, y de la misma manera que podemos decir que el crecimiento en el país se está apagando notablemente, podemos decir que el último dato de inflación sitúa al país como una de las economías más afectadas por la inflación en todo el planeta.
Incluso, haciendo malabares con la estadística, el dato de inflación mensual de la Argentina podría compararse con el de una economía hiperinflada como la de Venezuela. Y puede que no tenga sentido semejante comparación, pero el ritmo de crecimiento si es bastante anecdótico y para resaltarlo.
Atendiendo al último dato registrado de inflación, es preciso destacar que hablamos de un dato inédito y que pasará a la historia. Para que nos hagamos una idea, la inflación en Argentina en lo que va de año ha disparado los precios un 56,4%. Tomando como referencia el dato interanual, esta fue del 78,5%, es decir, el mayor incremento desde el año 1991. Además, tomando como referencia la inflación mensual, esta avanzó un 7% respecto al mes de julio, situándose al ritmo que crece la inflación en una economía como la venezolana; que es, dicho sea de paso, la única economía que supera a la argentina.
Estos datos que mencionamos sitúan a la economía argentina como la segunda economía de América Latina que mayor inflación registra, lejos de la tercera posición. Y de la misma manera, este dato de inflación sitúa a Argentina como la sexta economía del mundo que más inflación está registrando en estos momentos. Junto a Venezuela, los precios en Argentina crecen a un ritmo muy acelerado. Y para hacernos una idea de lo que digo, basta saber que Argentina en un mes ha registrado una inflación equivalente a la que registra cualquiera de las economías ricas a lo largo de todo un año.
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Como puede apreciarse, los datos hablan por sí solos. Y por desgracia, las previsiones que se tienen para los próximos meses no auguran nada bueno. Los economistas que están dando seguimiento a la inflación en el país dicen que esta continuará siendo elevada los siguientes meses, pudiendo llegar a crecer durante el mes de septiembre.
Además, pese a que el Gobierno estima que la inflación podría comenzar a remitir al finalizar el año, numerosas consultoras privadas, agencias de research, entre otros organismos, entidades y autoridades,estiman que la escalada de los precios acabe superando la barrera del 100% al finalizar el año.
Para tratar de combatir esta situación, el banco central sigue haciendo uso de los tipos de interés y, en esencia, de la política monetaria, con el fin de relajar dicha situación. Además, desde el Gobierno se sigue negociando, y pactando, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) todos los asuntos relativos a la deuda, así como a otros desequilibrios que ponen en riesgo el desarrollo y el crecimiento económico sostenido del país. Sin embargo, la inestabilidad política que, aun con esas, existe en Argentina, genera una incertidumbre que sigue afectando a las expectativas y, como puede apreciarse, a la economía.
Las previsiones de crecimiento para este año no son del todo negativas. Teniendo en cuenta la desaceleración económica a la que se enfrenta el planeta, Argentina presenta una previsión de crecimiento que podría materializarse en un nivel cercano al 4%. Además, de esas reuniones con el FMI, el organismo ha destacado la intención de Argentina, así como de sus mandatarios, de corregir una situación que precisa de reformas. Y todo esto, es decir, el crecimiento económico estimado sumado al trabajo y las reformas pactadas con el FMI nos hace ser más optimistas y confiar en una recuperación que podría llegar este año.
Pero, en conclusión, esto último que comento no debe derivar en una autocomplacencia que, por otro lado, no está justificada. Pues, como hemos comentado a lo largo del artículo, Argentina precisa mucho trabajo y reformas para corregir una situación históricamente desequilibrada. Y pese a que podemos estar dando los pasos correctos para que esto sea así, como indica el FMI, el contexto, atendiendo a todo lo comentado en el artículo y a esos indicadores económicos citados, no nos lo hará fácil.
*La columna fue escrita por Francisco Coll Morales - Economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia.