Argentina en los BRICS: ¿va a potenciar la innovación tecnológica e investigación científica?
Lucas Roitman Investigador de Stanford & CEO de FreeWillAI
Lucas Roitman Investigador de Stanford & CEO de FreeWillAI
Argentina es uno de los seis países seleccionados para unirse a los BRICS, junto con Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos. Se trata de un grupo originalmente integrado por las 4 economías emergentes más poderosas del mundo (Brasil, Rusia, India, China), a las que posteriormente se les sumó Sudáfrica.
Esta noticia ha generado un debate relevante en el contexto político y económico del país: ¿Argentina debería ser parte de los BRICS?¿qué ventajas y desventajas le traería para su desarrollo?
En su conjunto, los BRICS representan el 25,7% del PBI mundial; el 16,1% de las exportaciones; el 14,9% de las importaciones del mundo; el 40,8% de la población mundial; y ocupan el 29,5% de la superficie total del planeta. China e India, por ejemplo, han estado enfocados en el crecimiento tecnológico a una escala sin precedentes. Además, los Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los nuevos miembros, está demostrando una ambición excepcional al desafiar los límites en innovación con proyectos de renombre mundial en Dubái y Abu Dabi, desde megaproyectos urbanos hasta diseños arquitectónicos vanguardistas.
Por eso, en última instancia, unirse a los BRICS podría ser una oportunidad dorada para Argentina en términos de relacionarse con naciones que tienen un profundo interés y un vasto potencial en el desarrollo económico, la innovación y la investigación científica, ya que tendría acceso a un conjunto diversificado de conocimientos y recursos tecnológicos de sus miembros y podría aprovechar su experiencia en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología, la energía renovable y la informática. Además, podría crear alianzas estratégicas y beneficiarse de proyectos conjuntos de investigación y desarrollo tecnológico.
A modo de ejemplo, Brasil ha desempeñado un papel significativo en la ayuda al desarrollo tecnológico de países en desarrollo a través de la transferencia de tecnología agrícola, la promoción de biotecnología y medicamentos accesibles, el liderazgo en energía renovable, la expansión de las telecomunicaciones y la cooperación técnica. Esto ha contribuido a la seguridad alimentaria, la atención médica, la infraestructura digital y las fuentes de energía sostenible en estas naciones, en línea con las fortalezas y experiencias brasileñas.
Así, en Haití, el país sudamericano lideró la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), donde contribuyó con tecnología y recursos militares para mantener la paz y la estabilidad en el país centroamericano. Además, brindó capacitación técnica y logística en el ámbito de la defensa a ese mismo país.
Al mismo tiempo, China ha cumplido un rol significativo en la ayuda a países en desarrollo en términos de desarrollo tecnológico de diversas maneras. Esto incluye la transferencia de tecnología en sectores como la energía renovable, la agricultura y la infraestructura, así como la inversión en proyectos de infraestructura tecnológicamente avanzados. El gigante asiático también ha fomentado el comercio y el comercio electrónico, facilitando el acceso de productos de países en desarrollo a mercados globales. Además, ha brindado oportunidades de educación y formación en el país, desarrollado infraestructura digital, colaborado en el ámbito espacial y compartido avances en salud y tecnología médica.
En este sentido, a través del Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), China ha mejorado la infraestructura energética en Pakistán, mediante la construcción de centrales nucleares y proyectos de energía solar.
La adhesión de nuestro país a los BRICS podría abrir importantes puertas hacia el desarrollo tecnológico y la innovación. Es que, incluso en la actual situación geopolítica actual de la invasión de Rusia a Ucrania, varios países, incluido India, continúan comerciando con el país ruso mientras mantienen relaciones diplomáticas con Occidente.
India mantiene relaciones comerciales con Rusia al mismo tiempo que, de todas formas, está negociando con los EE. UU. para facilitar visas de trabajo para sus ciudadanos y se constituye como un hub de tecnología a nivel global.
De esta misma forma, Israel también mantiene relaciones comerciales con Rusia al mismo tiempo que busca formar parte del sistema ESTA, programa administrado por Washington que permite a ciudadanos de un selecto grupo de países viajar al país estadounidense por motivos turísticos, de negocios o de tránsito sin necesidad de obtener una visa convencional.
Nuestro país tiene la oportunidad de aprovechar al máximo esta invitación y fomentar la innovación tecnológica y la investigación científica en beneficio de su desarrollo a largo plazo.
*La columna fue escrita por Lucas Roitman, investigador en Stanford y Apple & CEO de FreeWillAI