¿Adiós al trabajo remoto? La tecnología desafía el regreso a la presencialidad

En los últimos años, el teletrabajo se consolidó como la nueva normalidad en el mundo laboral. Sin embargo, los cimientos de ese paradigma se ven sacudidos por los recientes anuncios de distintas compañías de que próximamente retomarán el esquema de presencialidad total, de lunes a viernes, sin excepciones ni transición.

Más allá de la polémica y las razones particulares por las cuales cada empresa decidió eliminar no sólo el trabajo remoto sino incluso la modalidad híbrida de sus políticas de gestión del capital humano, vale la pena repensar las ventajas que el formato a distancia sigue representando para las grandes empresas, pymes y startups que lo han integrado a su modelo de negocio con una visión centrada en las personas

Dentro de las industrias que se vieron beneficiadas por la primera ola del teletrabajo se encuentran la de tecnología, telecomunicaciones, marketing y administración, entre otras, ya que les permite acceder al mejor talento especializado en cualquier lugar del mundo. No obstante, en los últimos años ese núcleo duro se diversificó con la adopción del trabajo remoto por parte de otros sectores productivos y de servicios que comprenden las ventajas competitivas no sólo de deslocalizar la contratación de colaboradores sino, especialmente, de fomentar una cultura organizacional basada en valores como el bienestar, la diversidad, la flexibilidad, la eficiencia y la innovación sin fronteras.

Además de ser un fenómeno económico, las políticas de trabajo remoto o híbrido tienen un impacto social insoslayable, dado que contribuyen a mejorar la calidad de vida al promover el equilibrio entre la actividad laboral y la personal. Es más: los beneficios individuales de formar parte de un entorno organizacional basado en la confianza y la colaboración a distancia se extienden a la comunidad de arraigo. Asimismo, en el largo plazo, las empresas también reducen su huella ambiental al contribuir a que haya menos uso de medios de transporte y consumo de energía, entre otros beneficios para el planeta. 

Aún así, el crecimiento y consolidación del trabajo remoto no está exento de desafíos, como desarrollar dinámicas efectivas de aprendizaje mutuo e implementar procesos eficientes para el seguimiento de tareas, derivados del hecho que los integrantes del equipo no sólo no coinciden en el espacio sino, muchos veces, ni siquiera en el tiempo por las diferencias horarias según sus localizaciones. 

Ante este panorama, una vez más, la tecnología se presenta como una solución, tanto para superar distancias geográficas y barreras culturales como para mantener a los colaboradores conectados y productivos. En ese sentido, el éxito de la modalidad de trabajo a distancia o híbrido depende en gran medida de un momento clave en el ciclo de experiencia de los teletrabajadores: el onboarding.

Numerosos estudios de clima laboral* demostraron que disponer de herramientas tecnológicas es fundamental para que los talentos que adopten esta modalidad se sientan rápida y genuinamente integrados desde el primer día y, por lo tanto, es clave disponer de un equipamiento adecuado y a tiempo.  En ese sentido, existen compañías que basan su modelo de negocio en gestionar equipos, dispositivos y otros insumos tecnológicos a talentos desde cualquier punto del globo.

En el siglo del nomadismo digital, el teletrabajo es una modalidad de empleo y un estilo de vida que evoluciona y se transforma, pero nadie puede dudar que llegó para quedarse. Por eso, las grandes compañías, pymes y startups con vocación global saben que necesitan adoptar soluciones tecnológicas innovadoras y eficientes para atraer y fidelizar a los mejores talentos allí donde se encuentren.

 

(*) Fuente: Estado de Trabajo Remoto realizado por la empresa de gestión Buffer

(**) Juan Manuel Cat, CCO y cofundador de Tecspal