50 años de la Ley de Contrato de Trabajo: continuidades y desafíos
Como sucede con todo marco normativo, una ley se convierte en reflejo de una época, pero con el paso del tiempo, los nuevos contextos impulsan cambios y pautas que responden a las realidades emergentes. La Ley de Contrato de Trabajo no es la excepción.

En septiembre pasado se cumplieron 50 años desde la promulgación de la Ley de Contrato de Trabajo en Argentina, un hito en la búsqueda de equilibrio entre empleadores y trabajadores. Esta ley nació con el objetivo fundamental de regular las relaciones laborales, buscando una convivencia armónica entre ambas partes. 

Este aniversario, en medio de una acelerada transformación del mundo del trabajo, nos invita a reflexionar sobre sus continuidades, cambios y la necesidad de proyectar su evolución para responder a los desafíos del futuro.

A lo largo de estas cinco décadas, la Ley de Contrato de Trabajo se ha consolidado como un pilar del derecho laboral argentino, proporcionando previsibilidad y orden al ámbito laboral. Asimismo, ha demostrado una notable capacidad de resiliencia. Aunque sus modificaciones no han estado exentas de aciertos y errores, han logrado alinearse a los cambios propios de su tiempo.

El futuro, hoy: agilidad para un mundo vertiginoso

El desafío de adaptación se ha intensificado en los últimos años, y probablemente continuara creciendo. El mundo cambia a gran velocidad, y las nuevas tecnologías han acelerado  de manera significativa la evolución del mercado laboral. 

La pandemia de coronavirus, por ejemplo, modificó radicalmente el panorama laboral, dando paso a nuevos modelos de trabajo híbridos y favoreciendo la búsqueda de talento sin importar la ubicación geográfica.

Además, la aparición de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA) generativa que obligan a repensar y revisar la forma en que se contrata personal.

A pesar de los profundos cambios, la ley ha mantenido vigentes las modalidades de trabajo, como la del empleo eventual, que ha demostrado ser resistente a las transformaciones tecnológicas y a las nuevas tendencias laborales, brindando  una respuesta ágil ante la fluctuación de la demanda, permitiendo a las empresas cubrir vacantes rápidamente y con personal calificado.

 

El empleo eventual representa una solución para que las empresas se ajusten a picos de demanda o necesidades puntuales, sin comprometer su estabilidad financiera a largo plazo. Al mismo tiempo, ofrece a los trabajadores la oportunidad de adquirir experiencia en diversos sectores, lo que les permite desarrollar habilidades que aumentan su empleabilidad y los preparan para futuros desafíos.

Para muchos, el empleo eventual constituye una puerta de entrada al mercado laboral, siendo especialmente valioso para jóvenes, estudiantes o personas que buscan reincorporarse al trabajo tras un periodo de inactividad. Esta modalidad brinda oportunidades inmediatas para obtener ingresos, adquirir experiencia y, en algunos casos, demostrar su valía a las empresas, lo que puede derivar en una contratación permanente si surge la necesidad.

Además, al facilitar la cobertura de la rotación laboral y permitir la incorporación de personal especializado para proyectos específicos, el empleo eventual fomenta la innovación y la eficiencia en la ejecución de proyectos. Las empresas pueden acceder a profesionales calificados para tareas concretas, mientras que los trabajadores temporales aportan nuevas perspectivas y energías que enriquecen los equipos de trabajo, potenciando la productividad en general.

 

*La columna fue escrita por Alejandra Analía Guzman - Jefa de Asuntos Jurídicos de Grupo Gestión