35 años de un partido histórico y el recuerdo de un error que pudo haber costado caro

Como quien no quiere la cosa, empezó el mes número diez del año. Llegó un octubre bastante particular, que promete ser movido y traer novedades para todos los argentinos. Pero hoy no quiero hablar de eso. Hoy quiero tomarme una pausa. En medio de toda la locura política y electoral que estamos viviendo, no quiero dejar pasar la oportunidad de recordar junto a ustedes que se cumplieron 35 años de uno de los partidos más importantes de la historia del tenis femenino, en el que nuestra querida y admirada Gabriela Sabatini fue protagonista. 

Por supuesto, me refiero a la final de los Juegos Olímpicos de Seúl, que enfrentó a Sabatini con su archirrival, la alemana Steffi Graf. Gaby, quien había sido designada abanderada nacional para la apertura del gran evento mundial y era por entonces una joven de sólo 18 años, ya tenía en su haber ocho títulos WTA y tres semifinales de Roland Garros. 

¿Qué pasó en ese partido ante Steffi Graf? Fue derrota 6-3 y 6-4 para la argentina, pero lo verdaderamente memorable de aquel partido fue que, con esa victoria, Graf (que terminó esa temporada con un récord de 72-3) se alzó con el "Golden Slam", es decir, que ese año, además de quedarse con el oro olímpico, también se impuso en Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open. 

La alemana lo hizo con solo 19 años y se convirtió en leyenda. Ya que estamos hablando de la famosa Steffi, vale la pena recordar que unos años más tarde, en 1995 -para ser más precisos- la tenista fue acusada de evasión fiscal por parte de las autoridades fiscales alemanas en relación con los ingresos obtenidos al principio de su carrera. 

Graf responsabilizó de eso a su padre, quien fue su manager durante esos primeros pasos como profesional. De esa forma, su padre fue arrestado, declarado culpable y sentenciado a 45 meses de cárcel (de los cuales cumplió 25). Mientras tanto, Steffi tuvo que pagar 1,5 millones de marcos alemanes en concepto de sanciones y multas. 

Hoy, Graf es millonaria (posee de hecho una fortuna de casi $150 millones en combinación con André Agassi, su marido) y esa multa no lo hizo mella. Sin embargo, ese no es el caso de todos. En muchas ocasiones, atletas y artistas que no alcanzan el nivel de gloria y de ingresos de la tenista alemana no logran recuperarse de errores de planificación patrimonial como el que cometió la tenista. 

Consejo de amigo para este tipo de clientes: atiendan la planificación patrimonial desde el comienzo de vuestras carreras, momento en que, por otro lado, es más barato y sencillo estructurarse de manera eficiente.