Entre grandes extensiones de campo, arboledas añosas y lagunas avanza La Dolfina Polo Ranch, un club de campo que se desarrolla en Cañuelas, en tierras de Adolfo Cambiaso, el multipremiado polista argentino.
El exclusivo barrio privado se desarrollará en un terreno de 260 hectáreas y estará integrado por 600 lotes con fondos a canchas de polo, lagunas y bosques.
El voto de confianza para que este sueño se vuelva realidad está en manos de Martín Silva, un experimentado desarrollador inmobiliario especializado en proyectos de lujo que cuenta con trayectoria internacional.
Del evento de prelanzamiento, realizado en el marco de la última edición del Abierto Argentino de Polo, participó el propio Adolfo Cambiaso, acompañado por sus padres, amigos, colegas, familiares, inversores y conocidos del ambiente del polo local e internacional.
Consultado sobre qué lo inspiró a crear este emprendimiento, Cambiaso señaló: "Siempre soñé con un lugar donde podamos criar a nuestros hijos en un entorno natural, respirando aire de campo, y compartiendo la pasión por los caballos. La Dolfina Polo Ranch será el lugar ideal para disfrutar de la naturaleza en su estado más puro”.
Durante el encuentro, realizado en el stand montado en el Campo Argentino de Polo, Martín Silva, junto a Carlos Daniel Silva, socios en la desarrolladora M2 Spaces, explicó el alcance y todos los detalles de esta iniciativa.
-¿Cuáles son los valores agregados que aportan Adolfo Cambiaso y el ecosistema La Dolfina a este proyecto?
La propuesta nace con un elemento diferenciador que la hace única. El proyecto se encuentra –literalmente– en las tierras del mejor jugador de polo de la historia. Estar dentro del ecosistema de Adolfo Cambiaso y de La Dolfina es una posibilidad que, definitivamente, nadie más puede tener y este barrio le saca provecho a ello.
La idea de estar en la cuna del mejor polo del mundo, tengamos en cuenta que la última final del Abierto estuvo integrada por familias que serían vecinas de los futuros propietarios de La Dolfina Polo Ranch, es lo que marca la diferencia. Se trata de un diferencial que ningún otro barrio en el mundo puede ostentar. Es simplemente único en ese sentido, es un lugar que reúne al ecosistema de personas que giran alrededor de la cría, la doma, el cuidado y la clonación de caballos. Convoca a todos aquellos que aman, viven, respiran e invierten en el polo.
Allí se respirará polo todo el año porque en un mismo lugar habrá canchas, caballerizas, kilómetros de senderos para andar a caballo, y se compartirá el día a día con los actores de este universo como petiseros, jinetes, jugadores y todo el entorno del mejor polo. Todo estará ahí, no se podrá caminar sin respirar y sentir el polo en la piel.
-¿Qué significa este proyecto para su desarrolladora?
Sin dudas significa un gran respaldo de confianza y un impulso en su crecimiento local e internacional. Mi familia viene del mundo de la hotelería y del real estate, la empresa cuenta con más de 30 años de trayectoria en esta actividad y dispone de personal con diferentes capacidades y antecedentes. Además, somos parte activa de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU). En lo personal, comencé en 2015, cuando ya estaba recibido de abogado y me dedicaba a asesorar a startups y Pymes. El camino de emprender lo inicié de a poco, con diferentes proyectos, y se empezó a dar sinergia con los socios de los emprendimientos a partir de lo cual empezamos a compartir proyectos y a crecer juntos. En el transcurso de estos años trabajamos en cientos de proyectos en el ámbito nacional e internacional, avanzamos y hoy estamos en un momento clave.
EL PROYECTO
El loteo, cuyo masterplan fue diseñado por el prestigioso estudio Bodas Miani Anger (BMA), se desarrolla sobre un terreno de 260 hectareas vecino a La Dolfina Polo Club. El acceso está sobre el Km 56 de la ruta 205, en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, próximo al aeropuerto internacional Ministro Pistarini y a solo 2 km de la nueva autopista Presidente Perón.
Silva aspira a que los amantes del polo encuentren allí su lugar en el mundo.
Si bien el emprendimiento cuenta con un sector de chacras de aproximadamente 200 hectáreas que ya está desarrollado y vendido, se realizó el prelanzamiento de un nuevo barrio que comprende 600 lotes (de 1.500 a 5.000 m2 de superficie) con vistas a bosques, a sus cuatro lagunas, y a las tres canchas de polo.
Para mantener la impronta de campo, el 50% de la superficie fue reservada para áreas verdes y comunes. En cuanto a los amenities de este barrio están “todos los que un amante del polo y de los caballos pueden pedir”, aseguró Silva.
Contará con un club de polo (apadrinado por Cambiaso) que participara de torneos oficiales. Además, funcionará una escuela para niños y se darán clínicas para adultos, habrá un club hípico con infraestructura para jumping, caballerizas y tres canchas de polo homologadas por la Asociación Argentina de Polo (AAP), una de ellas Cancha Estadio Iluminada.
Ofrecerá club house, canchas de fútbol y tenis, un hotel boutique, senderos ecuestres que recorrerán todo el predio y un área comercial que sumara gastronomía, servicios básicos y shops de polo, talabarterías y veterinarias, entre otros. Martín Silva aporta más detalles.
-¿Cuándo lanzarán los lotes a la venta y a qué valores?
El lanzamiento oficial abierto a todo público se piensa para marzo 2024. Hasta entonces, la invitación a participar del emprendimientos solo es para friends & family, la comunidad interna de La Dolfina (socios, gerentes, directores y jugadores de este ecosistema, así como a sus amigos y familiares). Aún no estamos vendiendo lotes pero los interesados pueden anotarse en una lista de pre reserva, y serán informados al momento del lanzamiento con un valor preferencial. Si bien todavía no definimos los detalles del lanzamiento comercial, estimamos que los precios de los terrenos estarán dentro de un rango de entre 100.000 y 500.000 dólares.
-¿Las obras ya comenzaron?
El sector de chacras está totalmente terminado, con su infraestructura incluida. En cuanto a la nueva zona de lotes, estamos en la primera etapa de obras: se están abriendo caminos y hay lagunas que comenzaron a ser excavadas.
Además, ya existe una de las tres canchas construidas, que se reconvertirá en cancha estadio. Esto implica que estará iluminada para poder jugar de noche –lo que es una novedad para el mundo del polo–, tendrá oferta gastronómica, un salón de eventos, tribunas y un parking de gran capacidad para poder hacer torneos importantes.
-¿Cómo será el hotel que contempla el masterplan?
Será un hotel boutique de primer nivel que se encontrará dentro del predio. Ya hay un acuerdo con una cadena de lujo internacional. Se anunciarán más detalles en el lanzamiento. No descartamos la posibilidad de que haya más de un hotel.
-¿Cómo son sus expectativas?
Viniendo de la mano de la marca La Dolfina, las expectativas son enormes. El interés que hay es descomunal, mucha gente pregunta y parecería que nadie del ambiente del polo quisiera quedarse afuera. No obstante, nosotros somos cautos. Somos desarrolladores con mucha experiencia con lo cual intentamos que nuestras proyecciones sean lo más calculadas y razonables posibles. Como todo proyecto, nos llevará unos buenos años vender todos los lotes y terminar la infraestructura completa pero sabemos que es un proyecto especial porque tiene una marca y un potencial único. Intentamos no comprarnos nosotros mismos esa magia pero la verdad es que la tiene. En ese sentido, seguramente las proyecciones quedarán cortas.
-¿Cuáles son los otros proyectos en los que trabaja la compañía?
La desarrolladora era parte de una empresa americana por lo que tenemos mucha experiencia internacional en productos de lujo. Venimos de la hotelería y de hacer edificios exclusivos en México y Estados Unidos. En la Argentina, los edificios y emprendimientos que tenemos apuntan a ese segmento. Entre ellos se encuentran Pinares Country Club & Golf, en Exaltación de la Cruz; Jacarandá Escobar, sobre la ruta 26; y Jacarandá Tigre, en el Delta, que es un barrio de lujo junto a un Hotel de primer nivel con SPA. Además, estamos desarrollando en Mendoza, Valle de Uco, en la milla de oro del vino, un proyecto de real estate, hotelería, viñedo, bodega y paseo comercial.
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