"No somos creativos, somos innovadores; unimos las creatividades individuales y hace ya 20 años que venimos encabezando la vanguardia nikkei en el país".
Desde su llegada a Buenos Aires en 2005, Osaka ha redefinido la gastronomía nikkei en la región. Lo que comenzó como una apuesta audaz en Palermo se transformó en un ícono de la alta cocina, combinando técnicas japonesas milenarias con los vibrantes sabores peruanos. Ahora, a un año de la apertura de su sucursal en Colegiales y con la expansión hacia Punta del Este, Osaka reafirma su compromiso con la innovación culinaria y la excelencia.
La historia de Osaka comenzó en 2002 en Lima, Perú, cuando Diego Herrera y Diego de la Puente decidieron fusionar la cocina peruana con las técnicas japonesas. La apertura en Palermo en 2005 marcó el inicio de una expansión internacional que hoy incluye sucursales en Lima, Miami y Buenos Aires.
El cierre del icónico local en Soler y Fitz Roy en diciembre de 2022 no fue un final, sino el comienzo de una nueva etapa. El espacio de Colegiales no sólo trae mayor capacidad y modernidad, sino que también representa un compromiso renovado con la excelencia liderado por Agustín Latorre, propietario de Osaka Buenos Aires desde 2013 y más tarde de Osaka Uruguay. Su visión ha sido clave en la evolución de la marca, guiándola a través de desafíos administrativos y posicionándola como líder en el mercado de la alta cocina.
"La realidad es que el local de Soler y Fitz Roy ya había cumplido su ciclo, si bien se transformó en una esquina muy reconocida, el crecimiento de Osaka a nivel internacional exigió una locación con estándares a la altura", reveló Latorre en diálogo con Forbes Argentina. "Sinceramente encontrar un local de esas características no fue una tarea sencilla".
Es por ello que decidieron apostar por Colegiales, "donde, si bien es una plaza que se está gestando, tiene un gran futuro. Realmente encontramos una gran esquina, que nos representa y que es la punta de lanza para un nuevo polo gastronómico, junto a otros emprendimientos que acompañan el desarrollo de Concepción Live. Toda esta transformación fue una experiencia enriquecedora y muy positiva".
Osaka se ha consolidado, así, como más que un restaurante; es un referente cultural y gastronómico que celebra la unión de tradiciones y la innovación constante. La apertura en el barrio de Colegiales marcó una nueva etapa en la evolución de Osaka. Su más reciente local, entonces, ubicado en Concepción Arenal y Conesa, destaca no sólo por su oferta gastronómica, sino también por su diseño arquitectónico. Materiales como madera, piedra y metal se entrelazan para crear un espacio donde cada detalle -desde las lámparas sobre los tatamis hasta las obras de arte de Bones Weisz- refuerzan una estética de deconstrucción espacial.
"La recepción en el barrio fue y es excelente. Nos encontramos con una comunidad que no sólo nos dio una cálida bienvenida, sino que también valora y entiende el crecimiento que está viviendo la zona", asegura Latorre. "Estos nuevos emprendimientos no sólo dinamizan el barrio, sino que también le dan un sentido renovado de identidad".
Una de las estrellas del nuevo espacio es el Kero Bar, inspirado en el arte japonés del kintsugi, una técnica centenaria de origen japonés que consiste en reparar piezas de cerámica rotas con barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro, plata o platino. No se camuflan las grietas, se resaltan. La barra, adornada con sogas que aportan una textura única, invita a una experiencia fluida entre clientes, bartenders y cocineros, subrayando la interacción como un eje central de su propuesta.
Bajo la dirección del chef Josseph Reyes, Osaka continúa llevando la cocina nikkei a nuevas alturas. Más allá del sushi tradicional, el menú incluye creaciones como usuzukuris, nigiris y sashimis que reflejan un delicado equilibrio entre lo clásico y lo moderno.
El Nikkei Bar, especializado en ceviches de raíces peruanas, es un homenaje a la autenticidad de los ingredientes, con presentaciones que combinan técnicas avanzadas y sabores intensos. En el espacio del Izakaya, los comensales pueden disfrutar de platos para compartir, preparados en una parrilla diseñada especialmente para el restaurante.
"Es el conjunto de técnicas que utilizamos para cuidar el ingrediente de calidad, para tratarlo, para guardarlo, para transformarlo y para presentarlo lo que nos caracteriza", explica Latorre. "Además de una explosión de sabor inigualable, nos mantenemos a la vanguardia a nivel internacional, valorando lo mejor de cada una de nuestras locaciones en el mundo. Al diseñar nuevas propuestas, buscamos sorprender y desafiar el paladar de nuestros comensales. Esto implica explorar ingredientes de temporada, técnicas innovadoras y un balance entre tradición y modernidad. Queremos ofrecer sabores frescos y presentaciones que evoquen emociones, siempre manteniendo la esencia de nuestra propuesta".
La fusión de texturas, temperaturas y sabores hace que cada plato sea una obra de arte culinaria. Ejemplos como los mariscos al fuego -salteados en manteca ahumada, togarashi y lima- han consolidado a Osaka como un referente de innovación.
El Kero Bar no es simplemente un complemento gastronómico; es una experiencia en sí misma. Liderado por el bartender Nicolás Hernando, el bar ofrece una propuesta que combina arte y funcionalidad. Desde su entrada, con una estructura metálica inspirada en el cóndor incaico, hasta los detalles en cobre oxidado, el diseño del Kero Bar transporta a los visitantes a un espacio donde los cócteles y los sabores son protagonistas.
La carta de bebidas evoluciona constantemente, adaptándose a las estaciones y ofreciendo combinaciones que exploran nuevas dimensiones del sabor. El objetivo: acompañar la experiencia nikkei con cócteles que resalten y complementen los platos.
Por esto y mucho más, no es difícil entender por qué los clientes de Osaka son fieles: "Nuestro público refleja mucho de lo que somos. Es exigente, complejo, sofisticado y no se conforma sólo con alta gastronomía; busca una experiencia integral para todos los sentidos; desde que uno llama para realizar su reserva hasta cuando el valet parking le entrega la llave de su auto, la experiencia tiene que ser única y excelente. Quiere calidad en cada detalle, sea la vajilla, el menú, los nuevos sabores, un buen vino o un trago especial, además de una atención cercana, dedicada y personalizada".
En definitiva, los clientes vuelven porque, además de la comida, se llevan un momento único y especial. "Muchos ya son parte de la familia Osaka", reafirma Latorre, "y eso se nota en el trato cercano que tienen con nuestros camareros, bartenders y sommeliers. Es un público leal y con gusto por lo auténtico y lo innovador, que valora el esfuerzo en cada detalle para crear algo excepcional".
Su exclusiva propuesta veraniega
Este verano, Osaka lleva su experiencia a Punta del Este, consolidando su presencia en el exclusivo balneario uruguayo.
"Este año, la propuesta en José Ignacio tiene un enfoque mucho más descontracturado y relajado", dice Latorre. "Queremos que funcione, a diferencia de otros años, como un punto de encuentro durante todo el día, donde puedas hacer una pausa luego de la playa, disfrutar de un trago refrescante y acompañarlo con un tiradito o unos rolls, para luego continuar con tus planes, en un ambiente con buena música y tranquilidad".
Pero también están preparados para recibir a quienes prefieran una cena más formal al atardecer, ofreciendo una experiencia completa en un ambiente confortable "pero siempre manteniendo nuestro sello de calidad", aclara.
Además, están llevando la experiencia de Osaka Home, con un servicio pensado para quienes quieren organizar una cena privada y disfrutar de su propuesta gastronómica en la comodidad de su hogar.
"También estaremos en Kero By Osaka en la parada 4 de la Playa Mansa. Junto a Enjoy Punta del Este diseñamos un ambiente perfecto para quienes buscan un entorno más animado y festivo, ideal para terminar el día en el Sunset de KERO".