Cobertura CEO: la propuesta de Makler para cuidar su patrimonio y protegerse de los ciberataques
La emergencia sanitaria deja muy expuestos a los CEO, directores y gerentes. Durante las crisis, pueden recibir desde reclamos por su accionar hasta ciberataques que podrían paralizar por completo a la empresa. Por eso, hoy se vuelven imprescindibles ciertas coberturas que dan tranquilidad ante este tipo de incidentes.
Hacer frente a las demandas, justificadas o no: ese es el objetivo de los se- guros de Responsabilidad Civil para Di- rectores y Gerentes. Esta cobertura, también conocida como D&O (por su nombre en inglés: Directors & Officers), fue creada para proteger el patrimonio personal de ejecutivos de empresas ante reclamos haciéndose cargo de los gastos de defensa e indemnizaciones.
“En Estados Unidos y Europa, ningún ejecutivo quiere trabajar si no cuenta con esta cobertura. La ley de sociedades anónimas hace responsables a los directores hasta con el último centavo de su patrimonio frente a las demandas”, cuenta Timothy Maitland Heriot, director internacional de Makler, compañía de seguros fundada en 1985 que cuenta con clientes locales e internacionales. Durante la emergencia sanitaria los directivos están obligados a tomar decisiones constantes. Este seguro es un alivio que evita poner en riesgo la empresa, el futuro profesional y la estabilidad personal y familiar. El proceso de cotización es muy sencillo: basta con mostrar una copia del último balance de la empresa para obtener una referencia del precio.
También hay otros frentes a los que estar atentos. La implementación del trabajo a distancia como medida para
prevenir la propagación del Coronavirus disparó las brechas de seguridad informática en las compañías. “Todas están siendo constantemente atacadas”, advierte Álvaro Aguinaga, jefe de Sistemas y ejecutivo comercial cyber de Makler.
“La columna vertebral de las empresas son los datos y estos son el activo más importante a proteger”, puntualiza Aguinaga. Según el experto, la primera medida es contar con un protocolo de “ciberhigiene”, con buenos hábitos de seguridad. La segunda apunta a la parte técnica: antivirus y firewalls. “Sin embargo, nunca se va a estar cien por ciento protegido”, sentencia Aguinaga. Por eso, recomienda que las empresas den un paso más en la protección: el seguro de cyber risk. “Cuando todo falla, entra en juego esta tercera línea de defensa ?advierte?. Aunque las consecuencias a veces no se pueden evitar por completo, la idea es reducir el impacto al mínimo”.
Cyber Risk cubre daños propios (como interrupción de la actividad empresarial, extorsión cibernética, transacciones bancarias fraudulentas), y también daños a otros (como la responsabilidad por la información confidencial o datos revelados, o el uso sin autorización de material de terceros). También se encarga de gastos forenses y de defensa, y pone en marcha todo lo necesario para mantener la reputación de la empresa intacta.