Contar con la maquinaria correcta para trabajar la siembra es muy importante, ya que ayuda a aumentar la producción y a facilitar la labor de los trabajadores optimizando los recursos.
En esta nota, te compartimos todo lo que tenés que saber a la hora de adquirir una máquina agrícola. Ya sea una sembradora o una monotolva, hay ciertas recomendaciones técnicas a las que prestar atención. Capacidad de carga, tiempos, funcionamiento, entre otras cuestiones son fundamentales para tomar la decisión correcta y que la producción no se vea afectada por una mala resolución. Sabemos que este tipo de maquinarias requiere una importante inversión económica, por eso nada puede quedar librado al azar.
Sembradoras
La mejor opción para acceder a este tipo de maquinarias sin gastar una fortuna, es inclinarse por sembradoras usadas en buen estado. Veamos algunos consejos para elegir el artefacto correcto que mejor se adapte a nuestras necesidades.
El primer paso es determinar para qué tipo de siembra se va a utilizar, ya que las máquinas sembradoras varían según el tamaño del grano. Pueden ser al voleo, a chorrillo, ideales para grano fino, o de precisión, las indicadas para grano grueso.
Otro factor a prestar atención es la cantidad de líneas que tiene y la distancia entre ellas. La mayoría de las sembradoras tiene entre 24 y 32 líneas a una distancia de entre 21 y 35 centímetros entre cada una.
Si el suelo donde se sembrará es duro, son fundamentales las sembradoras usadas que tienen un chasis robusto, ya que éste es la estructura de la máquina donde se van a apoyar todos los elementos. Por eso es fundamental tener un buen conocimiento de la zona a sembrar.
Para evaluar la autonomía de la máquina que vamos a adquirir, es clave ver la capacidad de las tolvas, ya que estas son las encargadas de almacenar las semillas y el fertilizante. Por lo general las sembradoras cuentan con dos o tres tolvas. Además debemos asegurarnos que no haya obstrucciones en el sistema de dosificación, para que no se estorbe el proceso de siembra.
El tren de siembra, compuesto por cuchillas, ruedas y abre y tapa surcos, no debe ser subestimado, ya que es la parte de la maquinaria que entra en contacto con la tierra y nos garantiza la producción. En este caso, también es importante conocer las cualidades del suelo.
Monotolvas
En cuanto a una buena monotolva, lo ideal es que tenga una capacidad acorde para abastecer a la sembradora en una jornada de siembra promedio.
Es fundamental que el sistema de descarga no dañe la semilla, ni la granulometría del fertilizante. Para esto, hay que asegurarse que esté hecha del material correcto y que cumpla las normas de seguridad IRAM. Los materiales permitidos para que la monotolva soporte la corrosión del fertilizante son plástico, galvanizado o pintura epoxi.
Por otro lado, se debe prestar atención al cuidado de los simientes al ser sometidos al trato mecánico. Además, debemos asegurarnos que la máquina pueda abastecer, de manera correcta y en el menor tiempo posible a la sembradora, con semilla y fertilizante.
En cuanto a lo que respecta al diseño de las tolvas, la inclinación de los últimos años va hacia tolvas con chasis abulonados y división para la carga de semillas y fertilizante, que funciona con un sistema de descarga sinfín pivotante, en lo posible con norias para evitar la alteración de las semillas, y sistema de suspensión con elásticos y tensores para una garantizar una correcta transitabilidad.
El tamaño promedio de las maquinarias agrícolas se incrementó últimamente, no solo en ancho sino que también en la capacidad de la tolva por metro de ancho de siembra. Siendo las más comercializadas en la actualidad las de 24 hileras con una tolva con capacidad de hasta 6000 litros.
Teniendo toda esta información, es muy importante determinar a qué característica se le dará prioridad, dependiendo el tipo de suelo, grano o utilidad que le vayamos a dar a la máquina, para que no haya margen de error, ser más eficientes y que afecte negativamente a la producción. Existe una máquina ideal para tu necesidad y solo es cuestión de tener claro qué buscás para encontrar la indicada.