Un sistema consular saturado
El sistema consular, que debería ser el primer paso hacia la ciudadanía, es hoy el principal obstáculo. En países como Argentina y Brasil, con grandes comunidades de descendientes italianos, obtener un turno consular se ha vuelto prácticamente imposible. Los cupos se agotan en segundos, y las listas de espera son interminables. Esto ha dejado a miles de solicitantes atrapados en un limbo administrativo.
Más preocupante aún, muchas personas que presentaron sus solicitudes hace años ahora enfrentan rechazos debido a cambios en los criterios de evaluación. Familias que esperaban una resolución favorable se ven obligadas a empezar de nuevo o buscar alternativas legales más complejas.
Decreto 43347: cambios con efectos devastadores
El Decreto 43347, emitido recientemente, ha introducido un cambio drástico en la interpretación de la transmisión de la ciudadanía italiana. Según esta normativa, si un antepasado italiano renunció a su ciudadanía mientras su hijo era menor de edad, dicho hijo también perdió automáticamente su ciudadanía, interrumpiendo la transmisión hacia sus descendientes.
Este cambio ha generado inconsistencias notorias. Por ejemplo, un primo que obtuvo su ciudadanía en 2022 con el mismo antepasado puede ver cómo otro familiar recibe un rechazo por parte del consulado debido a esta nueva interpretación. Estas discrepancias no solo crean confusión, sino que también aumentan la frustración y la incertidumbre entre los solicitantes.
Proyectos legislativos que amenazan el futuro
A estas barreras se suman propuestas legislativas que buscan limitar aún más el acceso a la ciudadanía:
- Proyecto de Ley Menia: Restringe la transmisión de la ciudadanía italiana a la tercera generación, excluyendo a miles de descendientes. Además, introduce requisitos como residencia en Italia y dominio del idioma, complicando aún más el proceso.
- Protocolo de Venecia: Aunque no es vinculante, este protocolo establece límites estrictos en los procesos judiciales, como un máximo de 10 solicitantes por juicio y la necesidad de documentación exhaustiva desde el inicio. Estas medidas, aunque buscan aliviar la carga en los tribunales, en la práctica aumentan los costos y las barreras administrativas.
- Proyecto de Ley de Presupuesto 2025: Introduce un aumento significativo en las tasas judiciales, con un contributo unificato de 600 euros por solicitante. Para una familia de cinco miembros, esto significa un desembolso inicial de 3.000 euros, sin incluir costos adicionales de traducción, legalización y representación legal.
La vía judicial: la última esperanza
Con las restricciones administrativas y consulares en aumento, la vía judicial se ha convertido en la única opción viable para muchos descendientes. Aunque los tribunales italianos enfrentan una sobrecarga sin precedentes —con regiones como el Véneto concentrando más del 40% de los procesos iniciales—, este camino sigue siendo el más efectivo para garantizar el reconocimiento de este derecho.
"La vía judicial es hoy el único camino confiable para quienes quieren reclamar su ciudadanía italiana antes de que sea demasiado tarde", señala Katherine Muñoz Tufro, abogada especializada en Derecho Constitucional Italiano y fundadora de Grupo Raddo, que ha gestionado con éxito más de 13.000 ciudadanías. "Este derecho, garantizado por los artículos 3 y 24 de la Constitución Italiana, no debería estar condicionado por barreras económicas o administrativas. Cada día que pasa, las restricciones aumentan y las oportunidades se reducen".
¿Por qué actuar ahora?
El tiempo juega en contra. Las reformas propuestas y los cambios ya implementados están cerrando las puertas para miles de personas. Las condiciones actuales, aunque complejas, todavía ofrecen una ventana de oportunidad para quienes desean ejercer este derecho. Sin embargo, esta ventana podría cerrarse definitivamente en los próximos años.
Desde Grupo Raddo, hemos desarrollado estrategias adaptadas a este contexto cambiante, ayudando a los solicitantes a navegar un sistema cada vez más complicado. Actuar con representación profesional no solo incrementa las posibilidades de éxito, sino que también permite evitar errores que pueden ser costosos y difíciles de corregir.
Un legado en juego
La ciudadanía italiana no es solo un pasaporte. Es un reconocimiento de raíces, una conexión con la historia familiar y una puerta abierta a oportunidades únicas en Europa. Las reformas actuales no solo afectan a las familias que buscan este derecho, sino que también plantean preguntas fundamentales sobre la identidad y el futuro de la diáspora italiana.
Para quienes buscan preservar este vínculo, el mensaje es claro: el momento para actuar es ahora.
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